Definición de parafernalia
La noción de parafernalia suele usarse de modo irónico. El término refiere a aquellas cosas o costumbres que aportan grandilocuencia a un evento o un suceso. A través de la parafernalia, se busca que algo resulte fastuoso o pomposo.
Por ejemplo: “El cantante trajo consigo toda la parafernalia típica de sus shows: un muñeco hinchable gigante, una pantalla tridimensional, fuegos artificiales y muchos otras cosas”, “La fiesta fue muy divertida, aunque no me gustó que hubiera tanta parafernalia”, “Deja de lado la parafernalia y concéntrate en lo importante”.
Tomemos el caso de la inauguración de un teatro. Lo relevante del acto es la apertura del espacio teatral, un edificio que permitirá presentar obras, realizar eventos, etc. La parafernalia de la inauguración, sin embargo, puede incluir un banquete para invitados especiales, el reparto de folletería y una banda musical tocando en vivo. Como puede intuirse, la parafernalia puede no estar presente sin que la esencia del acto se vea alterada o anulada.
Cabe destacar que, en sus orígenes, el término parafernalia tenía un significado muy diferente. La expresión latina parafernalia bona refería a los bienes que pertenecían solo a la mujer aún en el marco del matrimonio, es decir, que no formaban parte de la dote.
Con el tiempo, el concepto evolucionó hasta nombrar a lo que se empleaba en ámbitos específicos: parafernalia deportiva, parafernalia religiosa, etc. El siguiente paso en el devenir de esta palabra en nuestra lengua terminó asociándola a las cosas que funcionan como un accesorio o un complemento, aportando suntuosidad.
La parafernalia religiosa en la actualidad
La religión es, junto con la política y los deportes, uno de esos temas que la gente suele evitar en conversaciones casuales y en fiestas, dado que suelen derivar en acaloradas discusiones. Cada persona tiene derecho a vivir y entender sus creencias a su manera, siempre que para ello no requiera del sufrimiento de otros; por esa razón, el mundo debería ser un lugar en el cual todos pudiéramos vivir en paz y armonía con las ideas ajenas.
En el caso específico de la religión, existen muchas formas de acercarse a una misma creencia. Los medios de comunicación se enfocan en aquellos actos de fe que se caracterizan por la parafernalia, y esto afecta la percepción que el público ateo tiene de las prácticas religiosas en general.
En las ciudades donde el catolicismo es la religión oficial, por ejemplo, la Semana Santa suele ser motivo de grandes despliegues: la parafernalia incluye largas procesiones cargando vistosas imágenes de la Virgen María y de Jesucristo, decoraciones por las calles y emisiones en vivo en los canales locales de televisión para intensificar la celebración y llevarla a las casas de aquellos que no pueden asistir en persona.
Por otro lado, la tecnología tiene una relación cada vez más estrecha con la religión, y esto comenzó hace ya muchos años; por ejemplo, hace décadas que las misas se emiten por televisión, y esto resulta de gran ayuda para quienes no pueden movilizarse hasta la iglesia. Con la llegada de Internet, las posibilidades se multiplicaron, y muchos centros religiosos han buscado la manera de aprovecharlas.
En la actualidad, muchas iglesias tienen su propio sitio web, en el cual pueden ofrecer un amplio rango de servicios, como ser la asistencia virtual a las misas. Si bien esto no alimenta necesariamente la parafernalia religiosa, la serie de aplicaciones para el móvil, los productos tales como apósitos adhesivos con diseños religiosos y los dispositivos electrónicos con la forma de la Virgen, sin contar las suscripciones pagas para recibir pasajes de la Biblia, hablan de la búsqueda de hacer negocios a costa de la fe ajena.