Definición de oquedad

La noción de oquedad está vinculada a la existencia de un agujero o hueco. Se trata, por lo tanto, de aquel lugar que permanece vacío dentro de un sólido, una particularidad que puede producirse por condiciones naturales o que puede generarse de manera artificial.

Los huesos del cuerpo humano, por ejemplo, presentan diferentes niveles de oquedad. Cuando las oquedades son numerosas, se habla de un hueso esponjoso. En cambio, si el hueso tiene pocas oquedades, es calificado como compacto.

Otros tipos de órganos y tejidos también cuentan con oquedades. Éste es el caso de los troncos de los árboles o de las conchas marinas. Dichas oquedades pueden tener distintas funciones de acuerdo al organismo en cuestión.

En el ámbito de la construcción, el análisis de la oquedad de los materiales es muy importante para determinar su utilidad en cada caso. Es habitual que el hormigón, también conocido como concreto, se someta a un proceso de compactación para evitar que tenga oquedades (ya que lo vuelven más frágil). Existen, sin embargo, excepciones: el concreto que se expone a temperaturas muy bajas cuenta con oquedades para mejorar su resistencia ante el eventual congelamiento.

A nivel simbólico, la oquedad puede ser una grieta o una inconsistencia en el pensamiento, el discurso o la acción de una persona: “El club decidió despedir al jugador al advertir una oquedad en su compromiso con la institución”, “La tesis no fue aprobada ya que presentaba numerosas oquedades en su argumentación”, “El olvido es una oquedad en la que cae la mayoría de los mortales”.

Las coqueras

Coquera es un término íntimamente relacionado con el de oquedad; de hecho, es un tipo de oquedad de poca extensión en la masa de una roca, según la definición de la RAE. En el ámbito de la construcción, las coqueras se aprecian como pequeños huecos que aparecen en el hormigón armado (o sea, en piedra artificial).

Según ciertos autores, las coqueras pueden clasificarse en superficiales, medias e importantes. Sin embargo, el análisis y la valoración de cada oquedad debe hacerlo personal cualificado, teniendo en cuenta una serie de factores que van más allá del aspecto físico de las grietas; por ejemplo, es parte fundamental del veredicto estudiar los potenciales daños colaterales que pueden causar, si pueden llegar a afectar a estructuras colindantes y la velocidad a la que puede empeorar.

Para entender por qué se forman las coqueras, es necesario saber cómo se fabrica el hormigón. Se trata de un material heterogéneo que se consigue mezclando cemento, agua, grava y arena. Durante el proceso de formación, quedan bolsas de aire que resulta necesario eliminar, para evitar que permanezcan dentro de la masa luego de su aplicación. Dicho proceso de eliminación de aire se logra a través de la compactación del hormigón, y existen varios caminos para conseguirlo con éxito:

* usando una aguja vibradora, también conocida con el nombre de vibrador. Es el recurso más popular en las obras, pero también requiere de una cierta destreza para una completa eficacia;

* con una bandeja vibrante, la cual se aconseja para elementos de un espesor moderado, tal como son las losas y los forjados. Cabe mencionar que es más sencilla de usar que la aguja vibradora, aunque en ciertos casos es aconsejable combinar ambas para obtener mejores resultados;

* picando a mano la masa con ayuda de una barra. Este método en particular es el menos recomendable para tratar elementos estructurales.

Las coqueras son un tipo de oquedad que se puede presentar en diversas dimensiones, y esto repercute directamente en los riesgos que acarrean. Se trata de una relación directamente proporcional: cuanto más pequeñas y superficiales, menores son los riesgos y viceversa. En los casos más graves, se recomienda realizar un trabajo para reforzar la estructura, o bien derribarla.

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