Definición de concreto

Del latín concrētus, concreto es un adjetivo que permite hacer mención a algo sólido, material o compacto. El término se suele oponer a lo general o abstracto, ya que está referido a algo determinado y preciso.

Por ejemplo: “No quiero más excusas, necesito una respuesta concreta”, “Le comenté mis ideas pero me pidió un proyecto concreto y la verdad es que no se qué decir”, “Después de varias horas de negociaciones, puede decirse que aún no hay nada concreto”.

De la misma forma, no hay que pasar por alto que, de manera muy frecuente, hacemos uso en nuestro lenguaje cotidiano de una expresión que incorpora este término que ahora nos ocupa. Nos estamos refiriendo a “en concreto”. Se trata de una locución adverbial que utilizamos como sinónimo de “de manera precisa”.

Todo ello sin olvidar que también existe lo que se conoce como número concreto, que indica la superficie de un área determinada.

El concepto tiene otro uso en varios países latinoamericanos, derivado del vocablo inglés concrete. En este caso, el concreto es la mezcla de piedras y mortero conocida también como hormigón. Cabe destacar que el mortero, por otra parte, es la mezcla de cemento, arena y agua.

El concreto es un material muy frecuente en la construcción ya que tiene la capacidad de resistir grandes esfuerzos de compresión. Sin embargo, no se desempeña bien ante otros tipos de esfuerzos, como la flexión o la tracción. Por lo tanto, el concreto suele utilizarse en conjunto con el acero, en un compuesto que recibe el nombre de hormigón armado.

Es frecuente que al concreto se le añadan diversos aditivos para modificar sus características. Entre estos aditivos es posible mencionar a impermeabilizantes, colorantes y retardadores de fraguado, entre otros.

Este tipo de material tenemos que subrayar que tiene ya su origen en el Antiguo Egipto y desde entonces también sería empleado en siglos posteriores por otras culturas y civilizaciones como sería el caso de Grecia o el imperio romano. Precisamente durante este último periodo histórico habría que destacar que el concreto se utilizó en parte para poner en pie construcciones tan importantes como el Coliseo de Roma.

Otros datos singulares que merece la pena conocer de este material es que el primer puente creado con él de manera íntegra se realizó en la ciudad francesa de Souillac en el año 1816. Y todo ello sin olvidar tampoco que en Estados Unidos una de las obras más significativas que lo empleó tal y como hoy lo conocemos es el canal de Erie.

El Canal de Panamá, la afamada internacionalmente prisión de Alcatraz e incluso la espectacular Ópera de Sidney, situada en Australia, son otras de las sorprendentes edificaciones que también se han levantado haciendo uso en parte del material que nos ocupa, de concreto.

Los edificios residenciales, los puentes, los túneles y los canales son algunas de las obras que pueden realizarse con concreto u hormigón armado. El principal productor de concreto del mundo es China, seguido por India, Estados Unidos, Japón y Rusia, en ese orden.

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