Definición de onicomicosis
La onicomicosis es una enfermedad de las uñas producida por hongos. Se trata de una infección crónica que también recibe el nombre de tiña de las uñas o tinea unguium.
Los causantes de la onicomicosis suelen ser dermatofitos, aunque también el trastorno puede desarrollarse por el accionar de mohos y de levaduras. Lo habitual es que el problema aparezca en las uñas de los dedos gordos de los pies, pero puede irrumpir en otros dedos e incluso en las manos.
Varios motivos están en condiciones de provocar la onicomicosis. El uso de calzado inadecuado, las actividades deportivas, la circulación deficiente en las extremidades, la diabetes y un mal corte de las uñas son riesgos potenciales.
Por lo general la onicomicosis se detecta a partir de un cambio del color y del grosor de la uña afectada. No es frecuente que haya otros síntomas: en pocos casos, las alteraciones de la apariencia están acompañadas por incomodidad o dolor.
La onicomicosis es, principalmente, un problema cosmético. Las uñas se deforman y se vuelven amarillentas, perdiendo su tonalidad natural.
Cabe mencionar que la onicomicosis es el trastorno que los seres humanos contraemos con mayor frecuencia en las uñas y puede ser la causa de más del 50 por ciento de los casos de onicodistrofia, nombre que recibe toda alteración en la estructura o en la morfología de las uñas.
En un gran número de los casos de onicomicosis, alrededor del 90 por ciento, los hongos que la causan también pueden afectar el cabello y la piel; se trata de los dermatofitos: Trichophyton mentagrophytes, Trichophyton rubrum y Epidermophyton floccosum son algunos de los más comunes, mientras que Mycrosporum spp aparece con menos frecuencia. El 10 por ciento restante surge a causa de hongos filamentosos no dermatofitos y levaduras (mohos y Candida, respectivamente).
El tratamiento de la onicomicosis resulta complejo ya que el hongo, al penetrar en la uña, se vuelve casi inaccesible. El podólogo puede suministrar medicamentos antifúngicos que se aplican sobre la infección de manera periódica y durante un periodo extenso.
Si la toma de fármacos se extiende demasiado, es probable que aparezcan ciertos efectos secundarios, por lo cual es necesario llevar un control periódico. Otra consecuencia que puede tener este tratamiento es la interacción entre medicamentos, una reacción indeseada que a veces disminuye o aumenta su acción o provoca efectos adversos.
Otra posibilidad es tratar la onicomicosis con láser. La finalidad es impedir la reproducción de los hongos y lograr su eliminación. En cualquier caso, un profesional debe ser quien diagnostique la onicomicosis y luego determine el tratamiento a seguir.
Hablando específicamente del control clínico y el diagnóstico de la onicomicosis, suele presentar ciertas complicaciones, por varias razones. En primer lugar, el médico debe evaluar la posibilidad de alguna enfermedad sistémica o de la piel que pueda repercutir negativamente en las uñas con síntomas similares, y esto exige la realización de estudios microbiológicos. Pero incluso siguiendo esta recomendación de forma responsable, dichas pruebas no ofrecen resultados cien por ciento fiables.
Por más que sigamos un tratamiento indicado por un profesional, la onicomicosis es una enfermedad que puede provocar recaídas con bastante frecuencia, de manera que algunas personas la sufren durante varias décadas. La edad es otro factor que aumenta las probabilidades de su aparición, razón por la cual entre los hombres de la tercera edad es mucho más frecuente. Esto se debe a que las uñas tardan más en crecer en la ancianidad, y esto se combina con las deformidades que suelen surgir por alteraciones en el andar.
De acuerdo con los estudios estadísticos, sabemos que la onicomicosis es más frecuente en hombres que en mujeres y que la influyen cuestiones socioeconómicas, profesionales y climáticas; por ello, su prevalencia es diferente en cada parte del mundo.