Definición de antigüedad
El término latino antiquĭtas llegó al castellano como antigüedad. El concepto hace referencia a la condición o la propiedad de antiguo: que tuvo lugar en un tiempo pasado y lejano o que pertenece a él.
La noción puede utilizarse para nombrar a dicho tiempo pretérito. Por ejemplo: “En la antigüedad, la gente solía reunirse alrededor de la radio para escuchar el relato de los eventos deportivos más importantes”, “Esas cosas ocurrían en la antigüedad, ahora es distinto”, “No entiendo cómo en la antigüedad podían vivir sin teléfonos ni Internet”.
La historia denomina Edad Antigua a la época en la cual surgieron y se desarrollaron las primeras civilizaciones. De manera convencional, se suele usar la invención de la escritura como punto de referencia para estudiar el comienzo de la historia antigua.
Se conoce con el nombre de antigüedad clásica al período greco-romano perteneciente a la Edad Antigua, el cual duró mucho tiempo y se ubica entre la alta y la baja antigüedad. Más específicamente, se trata del momento en el cual la antigua Roma y la antigua Grecia llevaron a cabo el desarrollo de la civilización greco-romana, también conocida como el mundo grecorromano.
Los objetos cuyo valor radica en el paso del tiempo también se denominan antigüedades: “Todos los domingos se organiza una feria de antigüedades en la plaza del centro”, “Para mi cumpleaños, mi madre me regaló una preciosa antigüedad china que he ubicado en el salón de mi casa”, “Tengo varias antigüedades para vender”.
La importancia de este tipo de antigüedades radica en que se trata de elementos que caracterizan a un período pasado y que en la actualidad ya no se utilizan. Las máquinas de escribir pueden ser consideradas como antigüedades debido a que las computadoras (ordenadores) las han reemplazado.
Resulta difícil describir las sensaciones que una antigüedad puede despertar en las personas más sensibles al paso del tiempo y al desarrollo de la cultura. Un objeto creado hace siglos, o incluso décadas, puede significar un hallazgo incomparable para un investigador al punto de cambiarle la vida. Sin embargo, esto mismo puede ser absolutamente inútil ante los ojos de otro individuo.
El valor de una antigüedad es, por lo tanto, relativo al observador. En el ámbito de la música académica, por ejemplo, hay quienes dedican gran parte de su tiempo a la búsqueda de obras que hayan quedado en el olvido. Cada vez que se cruzan con una partitura centenaria que lleve siglos en la oscuridad, viven una alegría insuperable; para una persona que no sabe leer música, esto puede no ser más que un libro extranjero que jamás leerán y que quizás venderían por unas monedas en un mercado de pulgas.
La cantidad de meses o años que una persona lleva en un puesto de trabajo o en un cargo también se conoce como antigüedad: “Tenía veinticinco años de antigüedad en la empresa cuando me echaron por una reestructuración”, “Cuando cumplas un año de antigüedad, podrás elegir en qué turno prefieres trabajar”, “No creo que sea saludable que un alcalde tenga una antigüedad de más de una década en el cargo”.
Del mismo modo que los objetos denominados antigüedades suelen tener un valor incalculable para ciertas personas, cuanto más tiempo permanecemos en un puesto de trabajo más importantes nos volvemos para el empleador. La antigüedad en una empresa es una variable determinante en cuestiones tales como el salario, las vacaciones y los permisos especiales.
Cabe señalar que la antigüedad en un puesto de trabajo puede convertirse en un obstáculo si el empleado comienza a demandar ciertos privilegios que la compañía no está dispuesta a darle, ya sea por no considerarlos razonables o bien por no contar con los recursos necesarios. En estos casos, no es raro que la situación acabe en un despido por razones poco claras, como resultado de un silencioso complot por parte del empleador para conseguir que el trabajador cometa un error imperdonable.