Definición de verdad
Verdad es un concepto abstracto de difícil definición. El término procede del latín verĭtas y está asociado con la conformidad de lo que se dice con lo que se piensa o siente. Por ejemplo: si una persona tiene pensado vender su casa y, ante una pregunta, responde “Yo nunca vendería mi casa”, no está diciendo la verdad (y, por lo tanto, está mintiendo, que es lo opuesto a la verdad).
La verdad también es la conformidad de las cosas con el concepto que se tiene formado en la mente sobre ellas: “Es verdad, el camino está en mal estado”, “Lo que suponíamos resultó ser verdad: el dueño de la empresa planea declararse en bancarrota”.
Otra forma de entender la verdad es como el juicio que no se puede negar racionalmente. Si alguien dice “Esta mesa pesa cinco kilogramos” y, tras proceder a pesarla, confirma dicho peso en la balanza, nadie puede decir que la afirmación no era verdadera.
En este sentido tendríamos que destacar que se habla de lo que se conoce como verdad de Perogrullo o perogrullada. En el lenguaje coloquial se hace uso de dicha expresión que viene a referirse a toda aquella verdad que es sabida de manera notoria y que, por tanto, se considera que es una necedad el tener que decirla.
Un claro ejemplo de esa mencionada acepción sería la siguiente oración: “En su exposición oral ante la clase el alumno dijo una verdad de perogrullo: todos acabamos muriendo”.
Asimismo existen otras expresiones muy habituales que también hacen uso del concepto que estamos analizando. Este sería el caso de “verdad como puños”, que se emplea para referirse a aquella que es evidente.
De la misma forma está la locución “una verdad como un templo”. En este caso, se utiliza frecuentemente para referirse a aquella que es absolutamente evidente y que, por tanto, no puede refutarse de ninguna de las maneras.
La existencia real de algo también se asocia a la verdad: “¿Ese perro es de verdad?”, “Quiero comprar una batería de verdad, me aburrí de ensayar con tachos y baldes”. Si el perro o la batería no son de verdad, no quiere decir que no existan, sino que se trata de algo diferente a lo que uno imagina como un perro o una batería real (podría tratarse de un perro de juguete y de una batería improvisada con otros elementos).
Además de todo lo expuesto tampoco podemos pasar por alto el empleo del término que nos ocupa en ámbitos tales como el cine. Así, por ejemplo, nos encontramos con películas tales como “Las dos caras de la verdad”. En el año 1996 fue cuando se estrenó la misma, dirigida por Gregory Hoblit y protagonizada por Richard Gere y Eduard Norton.
En ella se nos cuenta como un abogado lleva a cabo la defensa de un joven que ha sido detenido por matar a un arzobispo que, presumiblemente, abusaba sexualmente de aquel y de sus compañeros.
Las verdades, por último, son expresiones claras con que se reprende o corrige a alguien: “Te voy a decir una gran verdad: nadie con tu actitud puede llegar demasiado lejos en la vida”.