Definición de modalización
El concepto de modalización se utiliza en el ámbito de la lengua para aludir a la actitud que adopta el hablante respecto a sus enunciados y a su interlocutor. El término se vincula a la expresividad y al carácter subjetivo del lenguaje.
Es posible diferenciar entre el contenido que representa un enunciado (es decir, aquello que se dice) y la actitud del hablante en relación a ese contenido (cómo se lo dice). La modalización puede darse tanto mediante recursos que quedan explícitos en el mensaje como a través de recursos implícitos.
Los adjetivos, los modos verbales y la entonación son algunos de los elementos que influyen en la modalización. De todas maneras, la forma de modalizar varía según el idioma.
Puede afirmarse que la modalización es un acto retórico. Para estar en condiciones de generar y entender los discursos de una comunidad lingüística, es necesario dominarlo.
La modalización, en definitiva, se manifiesta a través de marcas lingüísticas que revelan la posición del hablante. Así como la modalización es la acción, la modalidad es el resultado de dicho proceso.
El nivel de subjetividad de un texto puede conocerse al analizar su modalización. Esto se debe a que la presencia del hablante se vuelve notoria por ella.
La ironía es uno de los recursos de la modalización que permiten marcar la actitud del emisor del discurso. Por ejemplo: “¡Qué gran resultado obtuvo Brasil! Logró empatar con Tailandia, un equipo muy poderoso y de mucha tradición futbolística…”. En este caso, el componente irónico radica en la adjetivación, que enaltece un resultado pobre de Brasil y califica de un modo ilógico a Tailandia, teniendo en cuenta la historia de ambos seleccionados en el mundo del fútbol.
Este grado de subjetividad que damos en llamar modalización se puede presentar en tres tipos bien definidos, los cuales se definen a continuación:
* modalización valorativa: se compone de una serie de juicios de valor por parte del interlocutor acerca del mensaje. Dichos juicios los puede emitir por medio de expresiones positivas o negativas, es decir, de aprecio o desprecio, haciendo uso de palabras ponderativas, comentarios intransferibles, figuras literarias o cuantificación, entre otros recursos;
* modalización epistémica: está vinculada con el nivel de certeza con el cual el emisor decida exponer sus enunciados. Por ejemplo, los puede presentar como si fueran incuestionables o posibles, para lo cual hará uso de expresiones tales como «No cabe duda que…», «Queda claro que…» o «Es sabido que…», en el primer caso, y «Puede que…», «A lo mejor…» o «Tal vez…», en el segundo;
* modalización deóntica: tiene lugar cuando la comunicación entre el emisor y el receptor tiene como objetivo compartir con él la conveniencia o necesidad de hacer algo por cuestiones morales o éticas. Para conseguirlo puede hacer uso de una recomendación, de los verbos que sirven para expresar obligación, de los imperativos, de las perífrasis verbales modales («tendríamos que…» o «deberíamos…») o bien de expresiones tales como «Lo mejor es que…» o «Tenemos la obligación de…».
En los últimos tiempos, desde la masificación de la mensajería instantánea a través de Internet ha cambiado drásticamente nuestra forma de usar el lenguaje escrito, algo que poco a poco se va reflejando también en el habla. Se trata de un medio en el cual no solemos respetar la ortografía, ya que pasamos por alto las mayúsculas, la mayoría de los signos de puntuación y las tildes. Además, por lo general acortamos las palabras de formas que no prevén las reglas de la lengua, incluso combinando números y letras para escribirlas. Si a esto le sumamos el uso de emoticonos, sobra decir que el resultado es muy diferente al de una carta de hace un par de siglos.
La modalización de un mensaje de este tipo es mucho más difícil de entender que la del lenguaje usado en una conversación en persona, y esto da lugar a malentendidos si ambas partes no están al tanto de los códigos de uso popular.