Definición de minería
Se denomina minería a la explotación de las minas: los yacimientos que permiten la extracción y el tratamiento de los minerales. El concepto puede hacer referencia a las explotaciones mineras de una región, al conjunto de las industrias de este tipo o a los trabajadores que se desempeñan en este ámbito.
La minería es una actividad que forma parte del sector primario de la economía. Su tarea esencial consiste en extraer los minerales que se encuentran en el subsuelo o en la superficie.
Según la clase de mineral, es posible diferenciar entre la minería metálica (que trabaja con materiales como el oro, el plomo, el cobre y la plata) y la minería no metálica (centrada en el granito, la arcilla, el mármol, etc.). También, de acuerdo al tipo de explotación, se diferencia entre la minería subterránea y la minería a cielo abierto.
Una vez obtenidos, los minerales se emplean en múltiples ámbitos: pueden servir como material de construcción, como materia prima para la fabricación de productos industriales o como elementos centrales de la joyería, por ejemplo.
Es importante tener en cuenta que, más allá de los avances de la tecnología que favorecen las explotaciones, la minería es muy antigua. El hombre prehistórico, de hecho, ya apelaba a los minerales para fabricar armas y herramientas.
Otro aspecto relevante en cuanto a la minería es su impacto en el medio ambiente. La contaminación del agua y del suelo, la deforestación y la erosión son algunos de los efectos habituales de estas prácticas: por eso los gobiernos deben establecer leyes y controles que garanticen el cuidado del planeta.
Es de público conocimiento que la minería es una de las actividades más peligrosas del mundo. De acuerdo con los estudios estadísticos de la Federación Internacional de Trabajadores de Química, Energía, Minas e Industria, cada año mueren más de 12 mil mineros, 6 mil de ellos en China.
Los riesgos de la minería se clasifican de acuerdo al tipo de impacto y esto nos da los siguientes tipos: químicos, físicos, biológicos, psicosociales y ergonómicos. El más grave de los riesgos físicos son las lesiones traumáticas, que abarcan desde los accidentes leves hasta los mortales.
El ruido es otro de los factores relevantes en este marco: la sordera y la minería van de la mano a causa de la contaminación sonora que provocan las máquinas a lo largo de toda la jornada de trabajo. Los mineros también deben protegerse del calor y la humedad, que muchas veces provocan golpes de calor fatales.
Dentro de los riesgos químicos, uno de los más preocupantes es el de contraer la enfermedad conocida como silicosis a causa de la sílice cristalina, un polvo que también puede provocar expectoración, tos y disnea, para más tarde desencadenar fibrosis pulmonar y potenciar trastornos como la enfermedad renal y la artritis reumatoide.
La fibrosis pulmonar también se puede contraer por la exposición al polvo de carbón, muy presente en la minería, y el principal causante de pulmones negros. El asbesto, por otra parte, está relacionado con muchos casos de mesoteioma pleural y cáncer de pulmón.
El agente concomitante denominado bacilo tuberculoso se presenta en un alto número de mineros con silicosis, en especial en África, donde el riesgo de tuberculosis es muy alto a caso de la prevalencia del VIH. Esto encabeza los riesgos biológicos, que también incluyen el agente de la legionella, que aparece en las torres de refrigeración.
A pesar de que la minería se mecaniza cada día más, todavía existen muchos procesos que deben realizarse de forma manual y pueden dar lugar a traumas a causa de la repetición y la sobrecarga muscular. Se trata de los riesgos ergonómicos, que afectan en especial la zona del hombro. Con respecto a los riesgos psicosociales, se trata de las consecuencias que este trabajo puede causar a nivel emocional, que a menudo conducen al abuso de sustancias como el alcohol y las drogas.