Definición de miasma

Lo primero que tenemos que establecer antes de conocer el significado del término miasma es saber que se trata de un término que tiene su origen etimológico en el griego. En concreto, emana de “míasma”, que puede traducirse como “impureza” o “mancha”.

Así se denominaba a la emanación dañina que, de acuerdo a creencias antiguas, brotaba del agua estancada, las sustancias corrompidas o el cuerpo de las personas que padecían una enfermedad.

La teoría miasmática surgió en el siglo XVII. Atribuida a Giovanni María Lancisi y Thomas Sydenham, sostenía la existencia de efluvios fétidos que enfermaban a los individuos. Antes, en la mitología griega se hacía referencia a un vapor difundido por los dioses que provocaba daño.

Con el paso del tiempo, la teoría miasmática fue refutada, aunque Justus von Liebig volvió a reflotarla en el siglo XIX. De acuerdo a este químico, la sangre fermentaba generando miasmas que provocaban diversas clases de enfermedades, desde sífilis hasta cólera, ya que se combinaban en el aire con los gases surgidos a partir de la descomposición de las materias orgánicas que se hallan en el planeta.

Precisamente la teoría del miasma se utilizaba para intentar explicar lo que eran las epidemias que se producían en los barrios más sucios, pobres y malolientes de las ciudades. Y la misma, además de las figuras ya citadas, era defendida por la enfermera y escritora italiana Florence Nightingale (1820 – 1910). Esta mujer está considerada la iniciadora de la enfermería profesional moderna y tiene el honor de haber sido la primera mujer en ingresar en la Royal Statistical Society.

En la actualidad, la teoría de los miasmas ya no es considerada por la comunidad científica. Hoy se sabe que muchas enfermedades son causadas por microorganismos que no pueden verse a simple vista, aunque sí pueden detectarse con microscopios.

Las bacterias y los virus, por ejemplo, ingresan al organismo, afectándolo de múltiples modos. Estos microbios, por lo tanto, resultan los responsables de las enfermedades, y no los supuestos miasmas.

Además de lo indicado, hay que subrayar que en el ámbito de la homeopatía se considera que existen tres tipos diferentes de miasmas:
-Los miasmas sycóticos, que son los que tienen las personas que sufren un crecimiento anormal en la piel, una inflamación o incluso una reacción exagerada.
-Los miasmas psóricos, que son los que se producen cuando tiene lugar un debilitamiento del organismo porque el organismo no reacciona ante un medio en concreto.
-Los miasmas luéticos, que son los que se generan cuando aparece la sífilis, que da lugar a que se produzca una notable degeneración del organismo así como a la destrucción del mismo.

Asimismo, dentro de la citada homeopatía también se hablan de otros dos miasmas: el miasma cancerinísimo y el miasma tuberculínico.

En ocasiones, de todos modos, se usa la noción de miasma de manera simbólica para aludir a algo que corrompe o daña: “El miasma de la corrupción afecta a toda la clase política de este país”, “El equipo sigue afectado por el miasma de las lesiones musculares”.

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