Definición de dios
Dios es el ser supremo al que las religiones monoteístas consideran como creador del universo. Se trata de una deidad a la que diversas religiones rinden culto y alaban. La palabra proviene del concepto latino deus y se escribe con mayúscula inicial cuando se refiere a la mencionada idea de ser supremo para las religiones como el cristianismo, el judaísmo y el Islam, entre otras.
Por lo general, Dios es considerado como omnipresente (está en todas partes), omnipotente (puede hacer todo) y omnisciente (sabe todo). De acuerdo a la religión, recibe distintos nombres, como Alá (Islam) o Yahvé (judaísmo). Las religiones que creen en un único dios son las monoteístas, opuestas a las politeístas.
Representación tradicional del Dios cristiano.
La visión del cristianismo
El cristianismo fue la primera religión en concebir a Dios como una especie de guardián que se encuentra por fuera del mundo, al cual observa desde las alturas y con el que entabla comunicación directa en ciertas ocasiones. A partir de Santo Tomás de Aquino (1225-1274), el cristianismo reconoce que la existencia de Dios no puede comprobarse mediante el método científico, sino que es tarea de la metafísica.
La ciencia que se encarga del estudio de las entidades divinas es la teología. Existen diversas corrientes filosóficas que discuten acerca de la existencia de un dios, como el deísmo (acepta la existencia de un ser supremo, pero no la información supuestamente revelada a través de escrituras o ciertas personas, como la Biblia o el Corán), el agnosticismo (desconoce la existencia de un dios) o el ateísmo (niega la existencia de un dios o cree que no está demostrada).
El miedo a no creer en Dios
En sociedades donde el cristianismo es la religión oficial, es más común encontrar ateos que religiosos. Los primeros representan un grupo muy interesante de personas que parecen temer tomar una decisión que los posicione de una vez por todas a un lado de la línea que divide a los creyentes de los no creyentes, escudándose en que aún no ha llegado el momento de sus vidas para atender esta cuestión.
Quienes creen en Dios suelen participar de las prácticas de una religión.
Resulta curioso que muchos ateos se esmeren en explicar que la religión es una invención del ser humano para no sentirse solo en los momentos más críticos de su vida, y que por otro lado no descarten la posibilidad de creer en Dios en un futuro. ¿Es respetable? Por supuesto, con dicha postura no hacen daño a nadie y, por lo tanto, tienen derecho a tomarla. Sin embargo, parece existir un miedo generalizado a decir «no creo en Dios», probablemente por no querer que nos dé la espalda si algún día lo necesitamos para pedirle ayuda en caso de una desgracia o una enfermedad terminal.
Ateos y creyentes
Claro que los religiosos no siempre dan el mejor ejemplo de respeto a sus creencias; cada Domingo de Ramos, cuando comienza la Semana Santa, multitudes de gente atoran las entradas de las iglesias para conseguir sus ramas de olivo, como si se tratara de diplomas que acreditan la asistencia a la misa. Sin embargo, durante la mayor parte del año, estos mismos templos ven pasar a los dos o tres fieles de siempre; éstos, a su vez, tampoco suelen ser grandes conocedores de la religión cristiana ni, menos aún, buenos cristianos.
En resumen, es posible decir que ateos y religiosos comparten el miedo a no creer en un dios que jamás han visto, que ha dejado enfermar gravemente a sus amigos y familiares, que ha permitido que millones de personas murieran de las formas más terribles e injustas, que no reacciona frente a violaciones, mutilaciones, torturas, y que expone a los animales y a las plantas a nuestros abusos y a nuestras decisiones, generalmente destructivas para con la Tierra.