Definición de menisco

Menisco es un término procedente de un vocablo griego que puede traducirse como “media luna”. Su uso se encuentra en distintos ámbitos, como la anatomía, la física y la óptica.

Para la física, el menisco es el espacio libre de una sustancia líquida que se encuentra en un recipiente. Se trata de una curvatura convexa o cóncava de acuerdo a las moléculas de la sustancia y del tubo en cuestión.

En el ámbito de la óptica, el menisco es una lente compuesta por una cara convexa y otra cara cóncava. Sus características le permiten tener distancia focal negativa o positiva, corrigiendo la aberración esférica que experimentan ciertos tipos de lentes.

Para la anatomía, el menisco es un fibrocartílago que tiene aspecto de medialuna y espesor del tipo menguante que se encuentra en el sistema articulatorio de la rodilla. Su función es lograr la adaptación de los huesos de esta articulación, facilitando su juego. Los meniscos, por lo tanto, actúan como amortiguadores.

Cada rodilla cuenta con un menisco en su región interna (conocido como menisco medial) y un menisco en su región externa (denominado como menisco lateral). Ambos meniscos se hallan unidos a la tibia y tienen contacto con el fémur; de esta manera, si la rodilla debe soportar una carga, los meniscos contribuyen a la amortiguación y funcionan como un límite ante los movimientos desproporcionados.

Los meniscos, por lo tanto, son esenciales para que la articulación de la rodilla se mantenga estable y en funcionamiento normal. En caso de una rotura de meniscos, la rodilla experimenta un bloqueo, produciendo un dolor intenso en los costados.

Lesión de meniscos

Una de las lesiones en la rodilla que sufren los seres humanos con más frecuencia es en los meniscos. Debido a su carácter de enfermedad común se han desarrollado muchos avances en lo que respecta al diagnóstico y tratamiento de esta dolencia, siendo en la mayoría de los casos altamente recomendable la operación para una buena recuperación de la misma.

Las causas de esta lesión pueden ser: un traumatismo indirecto, al realizar un movimiento brusco (más común en los jóvenes), o una causa degenerativa, el propio desgaste del organismo (presente en personas de edad avanzada).

Los síntomas de una lesión de meniscos pueden ser:

* Sensación de dolor intensa en la zona lesionada que se vuelve más fuerte al palpar el menisco afectado;
* Imposibilidad de realizar cualquier movimiento de flexión de la rodilla sin sentir un punzante dolor;
* Imposibilidad de caminar en cuclillas o de rodillas;
* Presencia de una inflamación que se debe al derrame produce en el cetro de la articulación;
* Crujidos que se producen al intentar doblar o extender la rodilla.

En tratamiento más común para esta lesión suele ser la intervención quirúrgica. La misma se realiza por artroscopia, esto hace que se trate de una operación que no es agresiva con el organismo y se realiza tan sólo con anestesia local. La recuperación suele ser rápida debido a que las heridas que quedan después de la cirugía son muy pequeñas y casi no quedan cicatrices.

Esta operación recibe el nombre de menisectomía parcial y consiste en retirar la zona afectada del menisco, intentando preservar la mayor cantidad posible del resto. Antes de realizarla es necesario que el paciente se preste para diversos tratamientos que favorezcan la potenciación de su otra pierna y de sus brazos ya que, después de la operación deberá utilizar muletas para trasladarse, y el cuerpo debe estar preparado para ello.

Además después de esta cirugía se realizan tratamientos fisioterapeúticos que tienen como objetivo ayudar a la total recuperación de la pierna dañada.

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