Definición de mendicidad
Del latín mendicĭtas, la mendicidad es la acción de mendigar y el estado y situación de mendigo. Quien mendiga pide limosna o solicita el favor de otras personas, sustentándose parcial o totalmente de esta manera.
Por ejemplo: “El gobierno prometió que trabajará para eliminar la mendicidad de las calles, generando empleo para las personas que se ven obligadas a vivir de la caridad”, “La mendicidad se soluciona de dos maneras: otorgándole trabajo al mendigo que está en condiciones de trabajar y brindándole asistencia pública a aquel que está incapacitado”, “La mendicidad en las calles de una ciudad rica es indignante”.
En la actualidad, a pesar de estar en el siglo XXI, muchas son las personas que en todo el mundo se encuentran llevando a cabo la mendicidad. Hay que destacar, por ejemplo, que en España, con motivo de la grave crisis económica que se está viviendo desde hace algunos años, han aumentado considerablemente las cifras de mendigos.
Es más, sociólogos y otros estudiosos han podido comprobar cómo en la citada nación se ha producido un cambio notable en cuanto a los mendigos. Así, si antes fundamentalmente eran personas con problemas de drogas, de alcohol o con patologías mentales, en estos momentos un considerable porcentaje de ellos son personas con estudios superiores y que habían gozado de un buen puesto de trabajo pero que con la crisis han perdido todo lo que tenían.
Lo habitual es que la mendicidad implique una solicitud de dinero a los transeúntes o automovilistas. El mendigo también puede instalarse en la puerta de un recinto (como una iglesia o un hospital) y pedir dinero a quienes ingresan.
Cabe destacar que, más allá del dinero, los mendigos pueden solicitar otras cosas, como alimentos, ropa o medicinas. Lo que obtienen en las calles les permite subsistir o mejorar su calidad de vida, si es que reciben ingresos o algún tipo de ayuda por otra parte.
Existen múltiples motivos que pueden llevar a una persona a la mendicidad. El desempleo, un accidente o problema de salud y la vejez son algunas causas que derivan en una misma cuestión: la falta de recursos. La mendicidad, de todas formas, puede ser una elección ante una negativa a recibir ayuda social o incluso por vagancia (quien prefiere pedir dinero y no trabajar por él).
La mendicidad infantil es uno de los problemas por los que más están trabajando autoridades y organizaciones no gubernamentales para poder ponerle fin. Y es que es numeroso el conjunto de menores de entre 6 a 12 años que en diversos países están solicitando limosna para poder sobrevivir tanto ellos como sus familias.
Hay que destacar que en este caso muchos de esos menores mendigan porque son obligados, presionados e incluso castigados por sus propios familiares para que salgan a las calles a pedir dinero.
En ocasiones, incluso estos pequeños lo que hacen es acompañar a sus padres, que los utilizan para conseguir despertar la sensibilidad del ciudadano de a pie y que, según se ha dado a conocer, incluso pueden ser drogados para que den más pena.