Definición de laguna

Del latín lacuna, la noción de laguna se refiere al depósito natural de agua que puede tener diferentes dimensiones y formarse a partir de la desembocadura de un arroyo o río o, en su defecto, en períodos de inundación por el desborde de uno de ellos y el posterior estancamiento de las aguas. Generalmente se componen de agua salada, aunque existen lagunas que las tienen dulces. Cabe mencionar que el agua dulce es aquella que posee unas cantidades mínimas de sales minerales disueltas en su interior mientras que el agua salada abunda en dichos componentes; la primera se encuentra en ríos, arroyos y manantiales y la segunda en el mar y la mayor parte de las lagunas.

Las lagunas pueden formarse por distintos motivos. Uno de ellos es a partir de la acción de fuerzas tectónicas, las cuales crean depresiones mediante plegamientos de la corteza terrestre generando los levantamientos conocidos como domos, separados por depresiones (cubetas) en las que se crea una fosa que se llena de agua.

Otra causa de la formación de una laguna puede ser la existencia de un volcán. Los volcanes pueden generar espacios propicios para que se acumule el agua al erupcionar, ya que el material que expulsan forma cráteres en el suelo, los mismos pueden ser de hasta unos 1,6 kilómetros de diámetro.

Otra vía para la formación de estos estancos es el desmoronamiento de la ribera de un río; la acumulación de material sólido en determinadas zonas impide la salida del agua, atrapándola en un terreno incomunicado. Estas lagunas son temporales, al pasar una determinada cantidad de tiempo sin lluvia, el agua que la contiene se evapora y por ende, la laguna desaparece. Otra manera en la que puede construirse es como consecuencia del desborde de un determinado afluente o por ser un lugar propicio para su desembocadura.

En otro sentido, una laguna es un fallo de la memoria, la carencia en la formación intelectual de una persona o los huecos que han quedado en algún manuscrito o impreso por acción del tiempo u otro tipo de causa.

Diferencias entre lagos y lagunas

Muchas veces ambos conceptos se confunden, llegando a creer que la simple diferencia que existe entre ambos es de tamaño, lo cual es totalmente erróneo ya que existen ciertas características que debe tener una extensión acuífera para ser considerada una cosa o la otra.

La diferencia entre ambos tipos de reserva no está vinculada con su extensión sino con el tipo de agua que contienen. Si bien ambos pueden ser alimentados por ríos y arroyos, el lago tiene agua dulce, ya que se encuentra en medio de un paso, es decir tiene una entrada y una salida y el agua circula a través de la poza sin estacarse.

En el caso de las lagunas, son alimentadas también por ríos y arroyos pero no tienen una salida, por lo que la única forma en la que se puede desagotar es a través de la evaporación. Sus aguas son saladas debido a que contienen una gran cantidad de minerales, que quedan almacenados en el suelo cuando el agua se evapora; por eso se dice que las lagunas son espejos de agua cerrados, porque poseen agua estancada.

De todas formas es necesario aclarar que algunas lagunas poseen agua dulce, lo cual generalmente se encuentra relacionado con el tipo de suelo en el que ésta se encuentra, donde no abundan los minerales y al evaporarse el agua los mismos son absorbidos por el suelo y desaparecen de la superficie.

El lago más grande del mundo es el Caspio, que suele ser clasificado como un mar interior. Tiene una superficie de 371.000 km² y una profundidad media de 170 metros. En cuanto al lago más profundo del mundo es el Baikal, con 1.637 metros de profundidad.

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