Definición de intemperancia
El vocablo latino intemperantia llegó al castellano como intemperancia. Así se denomina a la ausencia de moderación o mesura.
La intemperancia aparece cuando alguien no tiene templanza y da rienda suelta a sus pasiones. Por lo general el término se asocia a la falta de frenos o inhibiciones frente a emociones negativas o violentas.
Por ejemplo: “El futbolista varias veces mostró su intemperancia al pelearse con rivales y hasta compañeros”, “Al descubrir la traición, el sujeto actuó con intemperancia y cometió un crimen aberrante”, “La sociedad debería bajar el nivel de intemperancia para minimizar las situaciones de conflicto y los enfrentamientos”.
Se considera que la intemperancia es negativa en todas las personas. Sin embargo, en ciertos individuos, se trata de un rasgo incluso peligroso por la responsabilidad o el poder que tienen. El presidente de un país, por citar un caso, no puede ser intemperante ya que, si toma decisiones sin meditar, puede generar efectos dañinos para millones de ciudadanos.
En un sentido similar, si un policía se deja llevar por la intemperancia, puede llegar a provocar muertes. Siempre es importante reflexionar y serenarse, sobre todo en determinados ámbitos o contextos.
Es habitual, por otra parte, que la intemperancia aparezca en las redes sociales. Muchos sujetos, amparados por la virtualidad y el anonimato, se expresan con furia y de manera grosera a través de Internet, sin medir las consecuencias de sus dichos. Esto hace que, en mensajes de Twitter, publicaciones de Facebook y comentarios en notas publicadas por medios digitales puedan leerse agresiones de todo tipo.
Dado que no se trata de un término muy presente en el habla cotidiana, a continuación repasaremos algunos de sus sinónimos más comunes para poder apreciar los matices de su significado en mayor profundidad. Teniendo en claro que se trata de la ausencia de continencia y sobriedad, o bien de una manera inmoderada de comportarse, veamos con qué palabras podemos reemplazar el sustantivo intemperancia: intransigencia, intolerancia, desconsideración, destemplanza, desenfreno, incontinencia, exceso, abuso y libertinaje.
Varios de estos sinónimos nos hablan de una falta de control a la hora de actuar, algo que también puede conducir a una vida en la que no se tomen muchas precauciones, tanto en detrimento de los demás como de uno mismo. Cuando se mencionan términos como abuso o exceso, la interpretación es bastante amplia, ya que incluye el consumo de sustancias peligrosas para la salud, con la inevitable pérdida del sentido del bien y del mal.
El libertinaje, en cambio, es más personal y bien podríamos decir que salvo excepciones, no suele afectar a terceros sino que se caracteriza por un estilo de vida con escasas limitaciones frente a las tentaciones. En cualquier caso, la intemperancia no es bien vista porque a la sociedad no le gustan los individuos que se salen de la norma: en principio los considera «un problema a resolver», independientemente del motivo que los vuelve diferentes. Si con el tiempo descubre que se trata de un genio, ya sea del arte o de las ciencias, entonces le concede un trato relativamente tolerante ante su excentricismo para poder beneficiarse de su trabajo.
Pero incluso para estas personas la tolerancia no es infinita, porque la fuerza de las imposiciones sociales es mayor que cualquier otra. Los animales resuelven sus conflictos de modo individual o dentro de sus grupos de allegados, pero no los vuelven públicos, de alcance nacional o mundial. Si un animal tiene un problema con otro lo enfrenta, pero no lo denuncia ni lo critica a sus espaldas. El ser humano teme, se esconde y actúa de forma antinatural cuando se encuentra con estímulos nuevos. Critica la intemperancia porque aprende que es algo negativo, pero no porque realmente se detenga a analizar si realmente le molesta.