Definición de histeria
Histeria es un término con origen en el francés hystérie, aunque sus antecedentes más lejanos nos llevan a la lengua griega. La histeria es definida como una enfermedad nerviosa y crónica que es más frecuente en las mujeres que en los hombres y que se caracteriza por una amplia variedad de síntomas funcionales. En la actualidad, sin embargo, la medicina no suele utilizar este término.
La histeria es un trastorno psicológico enmarcado dentro de las neurosis y de los trastornos de somatización. Esto quiere decir que el paciente histérico exhibe síntomas físicos y psicológicos sin origen orgánico y desarrollado muchas veces por motivos inconscientes. La hipocondría, la somatización, la amnesia disociativa y la despersonalización suelen estar asociados a los trastornos histéricos.
Entre los muchos síntomas que presentan las personas con histeria se encuentran los siguientes: dolor abdominal, de espalda, torácico, de cabeza, en las articulaciones; amnesia; diarrea; problemas para tragar; mareos; pérdida del deseo sexual; alteraciones en la visión; dificultad para respirar; debilidad muscular; náuseas y vómitos. Cabe mencionar que las dolencias de la histeria suelen extenderse a lo largo de varios años e interferir en todos los aspectos de la vida, como ser las relaciones interpersonales y el trabajo.
Otras características de la histeria son que suele aparecer antes de alcanzar los 30 años y que se presenta especialmente en personas que sufren de dolor crónico y síndrome del intestino irritable (SII). Para identificar las causas, se suelen realizar tanto exámenes físicos como psicológicos.
Durante mucho tiempo y hasta finales del siglo XIX, la histeria estaba asociada a un supuesto malestar femenino vinculado a la sexualidad. Los médicos trataban a las mujeres aparentemente enfermas con masajes en el clítoris o indicando el uso de consoladores ya que atribuían el mal a lo que los griegos llamaban como útero ardiente.
Estas prácticas ya no forman parte de la medicina y se considera que los síntomas histéricos aparecen tanto en mujeres como hombres. Hoy suele entenderse por histeria a un estado pasajero de excitación nerviosa que se produce por una situación anómala o extraordinaria. Por ejemplo: “La llegada del cantante mexicano desató la histeria de sus seguidores”, “No me gusta la histeria que surge en torno a los actores”.
En el lenguaje popular, la palabra histeria suele cobrar uno de dos significados posibles: un estado de ánimo caracterizado por la alteración, que puede ser pasajero o común en una persona determinada; una actitud engañosa y manipuladora. La primera de estas acepciones, por su parte, puede tener una connotación positiva o negativa, según el caso; por ejemplo, acusar a una persona de histérica y decirle que su forma de ser resulta difícil de soportar es opuesto a hablar de gritos de histeria ante una buena noticia.
La histeria también puede asociarse a un estado de nervios pasajero ante una situación estresante y difícil de atravesar, como ser enfrentarse a una fobia; por ejemplo, si a una persona que sufre de vértigo la obligan a caminar por un puente muy elevado o cerca de una cornisa, puede vivir una auténtica pesadilla y atravesar un ataque de histeria, entendido como una alteración al punto de no poder recobrar la calma durante varios minutos.
Por otro lado se encuentra la histeria como una actitud propia de quien busca confundir y manipular a su entorno. Las personas que actúan de esta manera suelen crear falsas expectativas en quienes los rodean, para luego defraudarlos y causarles dolor. En cada caso, las razones que impulsan a un individuo a dañar psicológicamente a alguien que no lo haya atacado de manera aparente responden a diferentes experiencias que probablemente lo marcaron en sus primeros años de vida.