Definición de enemigo
Enemigo puede funcionar como adjetivo y como sustantivo que se utiliza para nombrar a algo o alguien que resulta contrario o antagónico a uno mismo o a lo propio. La enemistad surge por un desacuerdo extremo e intolerante entre personas o entes de distinto tipo.
Por ejemplo: “Irán e Israel son dos países enemigos que nunca logran ponerse de acuerdo”, “El ataque a la casa del empresario fue obra de algún enemigo”, “El dentista es mi enemigo, quisiera no verlo nunca”, “Esta excursión parece organizada por el enemigo: nos han llevado a los lugares más feos de la ciudad”.
El término enemigo no siempre se utiliza de forma literal, con todo el peso que puede adquirir en ciertas situaciones, como ser durante épocas de guerra o al hablar de milenarios enfrentamientos entre dos o más naciones. Ante una situación difícil, es común decir que nuestros problemas son obra «del enemigo», o que debe haber alguien que nos odie y que esté guionando nuestros días; sin embargo, en estos casos se trata de una exageración a causa de no querer o de no poder aceptar la realidad.
Asumir que existe una persona o un ser sobrenatural que nos desea el mal y que hace lo posible porque fracasemos en todos nuestros emprendimientos es un rasgo propio de ciertos trastornos de la mente, y la idea de la existencia de dicho enemigo puede volverse tan sólida como para confundirse con la realidad.
Una o más personas o comunidades pueden convertirse en enemigas cuando defienden ideas opuestas y no muestran tolerancia por las creencias ajenas. Esto quiere decir que, si dos personas no comparten sus ideas no son enemigas, a menos que una decida combatir a la otra con la intención de hacerla desaparecer o imponerse.
La enemistad suele ser el primer paso de una guerra. Si dos países no logran ponerse de acuerdo y se vuelven fundamentalistas en sus posiciones, es probable que la situación derive en un conflicto armado. En dicho caso, ambos ejércitos serán considerados como bandos enemigos. Cabe destacar que el trato que se debe suministrar a un enemigo está regido por leyes y convenciones internacionales.
Se espera, por lo tanto, que un enemigo intente hacer el mal a otro, perjudicándolo y tratando de infligirle todo el daño posible. Muchas veces la relación de enemistad está basada en el odio mutuo. Ese no suele ser el caso de los soldados de dos ejércitos en guerra, que responden a órdenes superiores y defienden valores políticos.
En la literatura y el cine, la figura del enemigo puede tener una gran importancia en la construcción de un personaje. Durante décadas hemos visto duplas como Superman y Lex Luthor o El Hombre Araña y Duende Verde; héroes y sus principales antagonistas, que se han enfrentado en decenas de cómics, series de dibujos animados y películas interpretadas por actores de carne y hueso. Pero, a pesar de parecer una simple representación de la lucha del bien y del mal, muchas veces adaptada a un público infantil, estas figuras a primera vista opuestas se nutren mutuamente y permiten sostener los extremos de las obras.
Un enemigo es mucho más que alguien que se opone a las ideas de otra persona; es alguien que no consigue respetarla, que parece estar hecho de una materia contraria a ella y que ha nacido para enfrentarse en una batalla sin final y sin ganadores. El análisis de un enemigo puede revelar tanta información acerca de él como de su antagonista, ya que ambas figuras se complementan, existen para dar sentido a la otra, y por eso en la ficción es muy importante que los autores lleguen a conocer íntimamente a estos personajes para plasmarlos con toda la profundidad posible.