Definición de hidratos de carbono
Los hidratos de carbono, carbohidratos, glúcidos o sacáridos son las sustancias orgánicas compuestas por hidrógeno, oxígeno y carbono, que presentan los primeros dos componentes en idéntica proporción que aparece en el agua.
En un sentido técnico, la noción de hidrato de carbono no es demasiado precisa, debido a que no se trata de átomos de carbono hidratados (unidos a moléculas de H2O), sino que estas moléculas están compuestas por átomos de carbono asociados a distintos grupos funcionales.
Los hidratos de carbono están considerados como la forma de almacenamiento energético primaria desde el punto de vista biológico y constituyen uno de los tres principales grupos químicos que componen la materia orgánica (junto a las proteínas y las grasas). Es posible dividir a los hidratos de carbono en simples (como el azúcar y la miel) y compuestos (cereales, legumbres, arroz).
Existen distintos tipos de carbohidratos que cumplen con diversas funciones, como el mantenimiento de la temperatura del cuerpo y de la tensión arterial, el impulso de la actividad neuronal y la conservación del desempeño adecuado de los intestinos, por ejemplo.
Es importante destacar que los hidratos de carbono cumplen con un rol fundamental en la nutrición. Más del 50% de la energía diaria que requiere el organismo para su correcto funcionamiento debería provenir de los hidratos de carbono ricos en almidón, como las pastas, los cereales o las legumbres.
Las frutas y las verduras también son fuentes de hidratos de carbono. Estos alimentos además aportan vitaminas y minerales, por lo que resulta recomendable incluirlos en la dieta cotidiana.
Mito sobre los hidratos de carbono
Como lo hemos dicho antes, la función de este componente en nuestra dieta es fundamental ya que consiste en nuestra principal fuente de energía. Son los encargados de ofrecernos la glucosa, que más tarde deberemos asimilar para convertir en combustible para el normal funcionamiento de nuestro cuerpo.
Pese a que comúnmente se cree que son letales si queremos mantener la figura, es necesario que comprendamos que cuando engordamos lo que falla en nuestra dieta no es el consumo de hidratos de carbono, sino el exceso de calorías.
Debemos consumir la misma cantidad de calorías que quemamos, es decir que nuestra alimentación responda al estilo de vida que llevemos. En el caso de que comamos alimentos con un nivel calórico superior al que quemamos con nuestro ejercicio, entonces engordaremos porque nuestro cuerpo guardará ese exceso calórico en forma de grasa. Por el contrario, cuando bajamos de peso lo que ocurre es que consumimos menos energía de la que quemamos por lo que a nuestro cuerpo no le queda otra que utilizar la que se encuentra almacenada.
En lo que respecta a la cantidad de calorías que nos brindan los hidratos de carbono, debemos tener presente que existen diversas variedades de alimentos de este tipo, donde cada uno aporta niveles calóricos más o menos altos.
Las calorías que más deberían preocuparnos son aquellas provenientes de las grasas porque son las más difíciles de asimilar por el organismo y que terminan acumulándose en las reservas.
Las calorías de los hidratos de carbono sobre todo aquellos ricos en azúcares nos brindan una cantidad de energía casi instantánea que puede quemarse inmediatamente si se realiza ejercicio físico pero de otra forma se acumularán en las reservas, a no ser que consumamos hidratos de tipo integrales, los cuales requieren de un proceso de absorción mucho más lento y por ende, su combustión es más provechosa.
Existen además otro tipo de hidratos que son aquellos que brindan calorías vacías, las cuales solo tienen contenido calórico sin más; dentro de esta clasificación se encuentran las bebidas alcohólicas, azucaradas o aquellos dulces que se han fabricado con azúcares refinados. Son los más peligrosos porque son las que se acumulan más fácilmente, colaborando positivamente con el aumento de peso.
Dicho todo esto, cabe mencionar que, si bien ciertos hidratos de carbono contienen un nivel calórico alto que provoca el aumento de peso, no todos pertenecen a este grupo y son sumamente importantes para tener una dieta equilibrada. Lo importante es saber qué, cómo y cuánto comer teniendo siempre en cuenta qué actividades realizaremos después.