Definición de haba
El origen etimológico del término haba tenemos que establecer que se encuentra en el latín. En concreto, procede de la palabra “faba”, que significa “haba”.
El término hace referencia a una planta herbácea que pertenece al grupo familiar de las papilionáceas y a la semilla y al fruto que da esta especie vegetal, los cuales son comestibles.
Como papilionácea, el haba es fanerógama (sus órganos reproductivos pueden verse ya que tienen forma de flor), angiosperma (sus carpelos componen un ovario que cobija a los óvulos) y dicotiledónea (sus embriones tiene dos cotiledones). Cuenta con un tallo que puede medir cerca de un metro, hojas verdes o azuladas, flores de tono rosado o blancuzco y fruto en vaina con semillas aplastadas y oblongas.
Las semillas comestibles de las habas pesan uno o dos gramos y suelen tener una tonalidad verde amarillenta que, con el paso del tiempo, se va oscureciendo. De todos modos, hay variedades de habas que exhiben otros colores.
Las habas son fuente de hidratos de carbono, potasio, fósforo, magnesio y vitamina A, entre otros nutrientes. Por lo general se consumen como legumbres y se utilizan para preparar estofados y guisos.
Por estas características que posee es por lo que cada vez hay más personas que incluyen las habas en su alimentación. No obstante, también lo hacen porque cuentan con estas otras propiedades significativas:
-Son muy ricas en fibra, por lo que permiten ir al baño de manera frecuente.
-Cuentan con unos buenos niveles de ácido fólico, que, entre otras cosas, ayuda a prevenir la anemia.
-Fortalecen la salud del corazón y también los huesos.
-Protegen lo que es el funcionamiento del sistema nervioso.
También llamadas alubias, las habas son originarias de Asia central y de la zona mediterránea, aunque actualmente se cultivan en diferentes partes del planeta. Etiopía, Egipto, China y Australia son los mayores productores a nivel mundial.
La planta puede desarrollarse prácticamente en cualquier tipo de suelo, aunque prefiere aquellos con pH de entre 6 y 7,5 y buen drenaje. La temperatura ideal para su crecimiento se ubica en unos 15º C y necesita bastante humedad.
En el ámbito de la literatura también se ha utilizado el término que nos ocupa para darle título a alguna obra. Este sería el caso del libro infantil “Jack y las habas mágicas”, también conocido como “Jack y las habichuelas mágicas”.
Se trata de un cuento de origen inglés de tradición oral que, a principios del siglo XIX, fue reescrito por Benjamin Tabart. Cuenta la historia de un niño que decide vender su vaca por unas habas mágicas que, al crecer, se convierten en una planta gigante que llega hasta las nubes por la que aquel trepara. Al hacerlo llegara a un castillo, donde vive un ogro, y donde el niño decide robar unas monedas de oro y una gallina que pone huevos de oro para así conseguir que él y su madre dejen de pasar penurias económicas.