Definición de grasas
El término grasa tiene varios usos. Para la bioquímica, las grasas son sustancias orgánicas que se forman cuando los ácidos grasos se combinan con glicerina. Los ácidos grasos, a su vez, son elementos que se combinan con bases para la formación de sales y que, al estar en disolución, incrementan la concentración de iones hidrógeno.
Las grasas están presentes en numerosos tejidos de plantas y animales. Las más frecuentes son los triglicéridos, que están compuestos por tres ácidos grasos unidos a una molécula de glicerina. Es importante mencionar que las grasas forman parte de la dieta de los seres humanos y de la mayoría de los animales.
Es posible diferenciar entre las grasas insaturadas (formadas por ácidos grasos insaturados), presentes en el aceite de oliva y el aceite de girasol, por ejemplo; y las grasas saturadas (que se forman con ácidos grasos saturados), las cuales se hallan en la manteca de maní o cacahuete y en la panceta o tocino. Las grasas insaturadas, a su vez, se dividen en grasas monoinsaturadas y grasas poliinsaturadas. También existen las grasas trans, que se producen con la hidrogenación de aceites vegetales.
En el organismo, las grasas contribuyen a la sujeción de los órganos, brindan protección contra el frío y permiten la producción de energía. El consumo excesivo de grasas, sin embargo, puede provocar obesidad y aumentar la presión arterial y el colesterol total, incrementando el riesgo de diabetes y problemas cardíacos.
Este concepto es de gran interés para la gente, ya que existe una preocupación generalizada por reducir el consumo de grasas en la alimentación, pero también sabemos que algunas grasas son beneficiosas para nuestro organismo. Quizás la confusión comenzó cuando los profesionales de la salud y el bienestar divulgaron el alto contenido calórico de las grasas en contraste con el que poseen las proteínas y los carbohidratos, ya que la proporción es más del doble.
El problema es que si dejáramos de consumir grasas por completo, lejos estaríamos de mejorar nuestro estado de salud, ya que se trata de nutrientes necesarios para varias funciones vitales; por ejemplo, son las encargadas de regular las hormonas y vehicularizar las vitaminas liposolubles. Claro que esto tampoco quiere decir que debamos comer cualquier fuente de grasas, ya que la calidad es un punto fundamental en la alimentación.
Dicho en otras palabras, las grasas no son necesariamente malas ni las principales causantes de la obesidad, sino que algunas de ellas son beneficiosas para nuestro organismo, pero debemos saber escogerlas y consumirlas con moderación. Por otro lado, es muy importante entender la diferencia entre acumular grasa en el cuerpo y consumirla: una dieta en la cual no superen el 30 por ciento de los componentes es ideal para aprovechar estos nutrientes y evitar su almacenamiento.
Entre las grasas más adecuadas para nuestro organismo se encuentra el aceite de oliva, que pertenece al grupo de las monoinsaturadas y es un alimento tan delicioso como sano. Si bien es más caro que otros tipos de aceite, no debemos usar mucho por plato. Se recomienda en especial el aceite de oliva virgen extra y crudo. Por otro lado, debemos evitar las grasas trans artificiales, prohibidas en ciertas partes del mundo.
También se llama grasa al sebo o la manteca de un animal; a la suciedad que se genera en la ropa por el roce corporal; y a los lubricantes grasos.
En países como Argentina y Uruguay, por último, se califica despectivamente como grasa al individuo de costumbres y gustos vulgares o al objeto con ese estilo: “Usar ropa de colores fluorescentes es grasa”, “¡Este hotel es muy grasa! Tiene cortinas con estampados extravagantes”.