Definición de gragea
El concepto de gragea puede utilizarse de distintas maneras. A nivel general, el término hace referencia a una porción muy pequeña de algo que se ingiere.
Las grageas pueden ser confites de diferentes colores. Se trata de golosinas cuyos orígenes se remontan varios siglos atrás, aunque sus características varían de acuerdo a la región y a la época.
Es posible encontrar grageas elaboradas con azúcar, almidón, jalea y otros ingredientes. Muchas veces estos dulces presentan una capa dura que rodea una sustancia tierna en su interior. La capa y el relleno incluso pueden ser de sabores diferentes.
En el ámbito de la farmacia, una gragea es una dosis de un medicamento. Se trata de comprimidos con uno o más principios activos que tienen una actividad terapéutica. Lo habitual es que la gragea tenga forma redondeada y que se encuentre recubierta con algún tipo de sustancia de sabor y textura agradables.
Las grageas tienen un tamaño específico para su consumo adecuado. Su elaboración supone la compresión y aglomeración de partículas con un volumen constante, haciendo que el comprimido cuente con mucha capacidad de almacenamiento.
Cabe destacar que las grageas son fármacos de forma sólida. La capa no solo mejora su sabor, sino que también confiere de protección al principio activo, que queda al resguardo del medio ambiente. Esta capa incluso hace que la desintegración del medicamento no se realice en la boca y minimiza la irritación gastrointestinal.
Entre las desventajas, aparecen su costo, las dificultades de algunas personas para la deglución y la incompatibilidad de ciertas drogas con un recubrimiento.
Es importante señalar que existen varios términos que en el habla cotidiana se confunden a menudo con gragea, ya sea por falta de información para distinguirlos o bien por falta de atención. Estamos hablando de los siguientes: comprimidos, tabletas, pastillas, cápsulas y píldoras. Claro que en el ámbito de la traducción de productos médicos cada uno de ellos debe ser tratado de acuerdo a su definición técnica, según la cual presentan claras diferencias.
Una de las razones que lleva a la gente ajena al ámbito de la medicina a confundir dichas palabras es que muchos diccionarios de español las considera sinónimos, o al menos no nos brindan suficientes diferencias entre ellas como para saber distinguirlas cuando las tenemos frente a nosotros en una farmacia. Por ejemplo, podemos comenzar por mencionar que los traductores recomiendan no usar el término pastilla en el lenguaje científico, sino reservarlo para el habla cotidiana.
Antes de ver el significado de pastilla, debemos hablar acerca de los comprimidos, una mezcla de varias sustancias y el principio activo en sí mismo (el medicamento) que dan como resultado un producto con una forma bien definida y estable en el tiempo. Su nombre deriva del hecho de que para fabricarlos es necesario llevar a cabo un proceso de «compresión», con una máquina específica.
Esto nos lleva a la palabra pastilla, que se usa en el habla cotidiana como sinónimo de comprimido. Su nombre es sencillamente el diminutivo de «pasta«. Existen pastillas para chupar, que son sólidas y tienen un principio activo como mínimo, generalmente acompañado de ingredientes que le den un sabor dulce para volver su ingesta más agradable, mientras se disuelve lentamente en la boca. Otra forma de referirnos a los comprimidos es mediante el término tabletas.
Precisamente, las grageas son comprimidos con sustancias cuyos olores, sabores o colores deben ser enmascarados; para ello se usan capas de alguna sustancia traslúcida y resinosa como la laca.
Finalmente tenemos las cápsulas (envoltorios inertes fáciles de abrir para acceder al contenido, el cual está suelto) y las píldoras (fármacos sólidos, pequeños y esféricos que se deben deglutir enteros).