Definición de galimatías
La etimología de galimatías remite a un vocablo francés que alude a un texto o un discurso enredado o confuso. El origen etimológico, de todos modos, se halla en la expresión griega katà Matthaîon, que se traduce como “según Mateo”. Esto está vinculado a la descripción de la genealogía que Mateo el Apóstol realiza al inicio de su evangelio.
La idea de galimatías, de este modo, hace referencia a un lenguaje intrincado y difícil de entender, con ideas confusas. Aquel que se expresa con galimatías lo hace de manera poco clara.
Por ejemplo: “El nuevo ensayo del filósofo alemán se compone de diversos galimatías que no aportan nada interesante”, “El galimatías del empresario no sirvió para brindarles tranquilidad a los trabajadores”, “Con un discurso lleno de galimatías, el presidente dio a conocer el plan económico para el próximo año”.
En el lenguaje coloquial, el concepto de galimatías se emplea respecto a un desorden, un embrollo o una confusión: “Que la ciudad organice el festival de cine y el torneo de fútbol en la misma fecha genera un galimatías”, “El nuevo frente político de la izquierda es un galimatías que reúne a dirigentes con poco en común”, “La intoxicación de ocho jugadores y tres integrantes del cuerpo técnico provocó un galimatías en el club”.
Retomando la etimología de galimatías, debemos señalar que según el Tesoro de la Lengua Francesa, un diccionario que data de los siglos XIX y XX, existen evidencias de la existencia de este término desde la década de 1580, en los Ensayos de Montaigne, lo cual deja sin validez las demás propuestas.
Con respecto a la hipótesis mencionada al principio de este artículo, que hace referencia a la expresión «según Mateo», se trata de una propuesta del lingüista Henry R. Kahane, quien seañala que la misma se extendió a partir de la ciudad griega Bizancio. La Academia francesa de la lengua no la considera del todo válida sino que la califica de incierta.
Basta con leer las primeras líneas del evangelio de San Mateo para comprender las razones que relacionan este concepto con la forma de expresarse del apóstol. En ellas se presenta una descripción demasiado extensa de la relación de parentesco que existía entre muchos de los personajes más importantes de la Biblia, como ser Abraham, David y Tamar.
La importancia de la lengua francesa en este contexto es que de ella recibimos la palabra galimatías, con el mismo significado. Si la teoría de Kahane es acertada, entonces galimatías surgió en Grecia antes de llegar a Francia.
Es importante tener en cuenta que el género de la palabra galimatías es masculino (se dice “un galimatías” y no “una galimatías”) y que se trata de un término invariable en número (se expresa de igual forma en singular y en plural: “un galimatías”, “unos galimatías”).
Resulta necesario hacer estas aclaraciones porque en el habla cotidiana es normal que la gente se confunda al usar ciertas palabras y expresiones poco comunes. Quizás el aspecto más grave de estos errores es que luego se pasan de un hablante a otro y, en cuestión de unos años, la Real Academia Española termina aceptándolos como parte del lenguaje correcto, una estrategia que lleva años deformando nuestro idioma.
El gran problema que sustenta esta suerte de libertinaje lingüístico es que la lengua no pertenece a nadie, ni siquiera a quienes nacen en la tierra donde se habla oficialmente, sino que es de todos. Por esta razón, todos tenemos el mismo derecho a hablar y escribir en un idioma, independientemente del grado de conocimiento que tengamos del mismo. Curiosamente, tanto un extremo como el otro, es decir la erudición y el analfabetismo, suelen conducir a los galimatías con mayor frecuencia que un nivel moderado.