Definición de frío
Del latín frigidus, el concepto de frío hace referencia a la baja temperatura y a la sensación que se expresa ante dicho fenómeno. Dicho de otra forma, el frío es la ausencia total o parcial de calor. Por ejemplo: “Hace mucho frío en esta casa”, “¡Qué frío que hace en la calle!”.
Respecto a un cuerpo, el frío se refiere a que éste tiene una temperatura inferior a la ordinaria del ambiente: “Tengo las manos frías”, “Siento frío, por favor préstame un abrigo”.
La noción de frío está vinculada a la refrigeración (el proceso de reducción y mantenimiento de la temperatura de un objeto o espacio), la congelación (una forma de conservación basada en la solidificación del agua) y la criogenia (una técnica que se utiliza para enfriar materiales a la temperatura de ebullición del nitrógeno o, incluso, temperaturas más bajas).
Frío también es un adjetivo que se utiliza de manera simbólica. Una persona fría es aquella que muestra indiferencia, desapego o desinterés por algo o alguien: “Manuel es muy frío: nunca expresa sus emociones”, “Estoy arrepentida, creo que he estado demasiado fría con él”.
En su aplicación en las cuestiones relacionadas con la sexualidad, el concepto sirve para referirse a aquéllos que son indiferentes al placer en el acto sexual: “Victoria es fría a la hora de la intimidad”, “Mi ex pareja era muy fría”.
Por otra parte, la palabra frío puede mencionar a lo que no tiene gracia o agudeza: “Su fría respuesta no me ha dejado satisfecho”, “La explicación ha sido tan fría que nadie se conmovió”.
Cadena de frío
Para conservarse durante una cantidad de tiempo prolongado, los alimentos son colocados en un refrigerador que disminuye su temperatura y congela el proceso de descomposición; de este modo, un trozo de torta puede mantenerse en buen estado durante un mes sin temor a que la crema o los ingredientes que la conforman se descompongan.
De todas formas a fin de que este proceso se desarrolle de forma segura y confiable es necesario que la temperatura de la refrigeración no aumente, porque esto traería como consecuencia una pérdida de calidad en el alimento en cuestión. Esto ocurre porque el frío retrasa la degradación del alimento y de sus propiedades sensoriales.
Este proceso de conservación a lo largo del tiempo recibe el nombre de cadena de frío y consiste en una serie de condiciones climáticas que permiten que el alimento se mantenga congelado; cuando la temperatura aumenta (porque se estropea el refrigerador o el alimento es extraído de él) se dice que se rompe la cadena de frío y, aunque dicho producto volviera a congelarse, no se mantendrá impoluto a la descomposición. Cuando esto ocurre lo más recomendable es consumirlo sin volver a congelarlo.
En el proceso de producción este concepto es fundamental por eso tanto productores, como distribuidores y destinatarios finales deben poner una especial atención en proteger la cadena de frío de modo tal que los alimentos estén en perfecto estado desde que son producidos hasta que llegan a la mesa del consumidor final.
Este concepto también es válido si se habla de vacunas que deben estar a una determinada temperatura. Si se corta la cadena de frío, las mismas pueden perder sus propiedades y no producir el efecto deseado al ser utilizadas; por esto, cuando deben trasladarse este tipo de medicinas de un lugar a otro, es conveniente que se las lleve en un recipiente hermético preparado para mantener la temperatura a un determinado nivel.
Por último es necesario agregar que la acumulación de cristales de hielo en torno a los productos congelados puede deteriorarlos; para evitar que esto ocurra es recomendable realizar una congelación rápida (ultracongelación) y no volver a congelar productos que ya han sido descongelados.