Definición de vacuna
El término vacuna tiene diferentes usos y aplicaciones. Por un lado, se refiere a lo perteneciente o relativo al ganado bovino, es decir, a las vacas. Por ejemplo: “Esta campera ha sido confeccionada con el mejor cuero vacuno”, “La actividad agropecuaria sufre la caída del precio de los vacunos, que ha llegado a su nivel mínimo en quince años”.
Por otra parte, una vacuna es un principio orgánico o un virus que, preparado de cierta forma, se inocula a una persona o a un animal para protegerlo frente a una enfermedad determinada.
Una vacuna es una preparación de antígenos, que es una sustancia que permite la formación de anticuerpos y que tiene la capacidad de generar una respuesta inmune dentro del organismo. Dicha respuesta de ataque permite el desarrollo de una memoria inmunológica que produce, por lo general, inmunidad permanente frente a la enfermedad.
Cualquier ser humano necesita de determinadas vacunas para evitar ser contagiado de enfermedades o patologías de diversa índole, sin embargo, las personas que más requieren de ello son los recién nacidos. Así, es habitual que en los primeros meses de vida tengan que verse sometidos a inyecciones de vacunas para evitar ser infectados de sarampión, meningitis, paperas o poliomelitis, entre otras problemáticas.
De la misma forma hay que subrayar el hecho de que en muchas ocasiones cuando se viaja a determinadas zonas del globo terráqueo se hace necesario e imprescindible el llevar a cabo una determinada vacunación para evitar ser contagiado e infectado de enfermedades que están a la orden del día en aquellos lugares.
Así, por ejemplo, todo ciudadano español que tome la decisión de viajar a Sudáfrica se verá en la necesidad de vacunarse contra la fiebre amarilla y contra la malaria. Mientras, que si el destino es a Tailandia, donde se va practicar deporte o donde se va a residir en zonas rurales, es recomendable que los viajeros se vacunen contra la malaria y que además apuesten por las vacunas antitetánica y anti-rábica.
La primera vacuna de la historia habría sido la creada por el médico rural inglés Edward Jenner en 1796, quien descubrió que la viruela vacuna inmunizaba a las personas de sufrir la viruela humana, mucho más grave y mortífera.
Con el tiempo fueron surgiendo diversas vacunas para contrarrestar enfermedades como la rabia (1882), la peste (1897), la tuberculosis (1927), la fiebre amarilla (1935), la gripe (1945), el sarampión (1964), la rubéola (1970), la varicela (1974), la meningitis (1978) y la hepatitis A (1992), entre muchas otras.
Todo ello sin pasar por alto que entre las vacunas más recientes, las del siglo XXI, se encuentran la del virus del papiloma humano que apareció en el año 2005, una primera vacuna para acabar con la adicción a la cocaína y a la heroína que se dio a conocer en el año 2008 y finalmente en 2009 hizo acto de aparición la primera vacuna contra la famosa Gripe A.
Las vacunas pueden ser inactivadas (formada por microorganismos dañinos que, tratados con químicos o calor, pierden su capacidad de daño), vivas atenuadas (microorganismos cultivados bajo condiciones que les hacen perder sus propiedades nocivas), toxoides (componentes tóxicos inactivados procedentes de microorganismos) y subunitarias (fragmentos de microorganismos).