Definición de filípica

La idea de filípica procede del latín Philippĭca, que alude a un discurso acerca de Filipo. Esto está vinculado a las proclamas de Demóstenes en contra del rey Filipo II de Macedonia.

Una arenga condenatoria

Una filípica es una disertación o una alocución que resulta violenta contra algo o alguien. Se trata de una invectiva: una arenga condenatoria.

Las filípicas fueron las proclamas de Demóstenes en contra del rey Filipo II


Antes de seguir avanzando con el concepto, es importante ahondar en el origen histórico del término para comprender cabalmente su significado. En este marco cabe mencionar que Demóstenes (384 a. C. – 322 a. C.) fue un destacado político y orador ateniense, mientras que Filipo II de Macedonia (382 a. C. – 336 a. C.) –padre de Alejandro Magno– fue un poderoso monarca.

A medida que Filipo II de Macedonia comenzó a acumular poder, Demóstenes empezó a realizar críticas públicas al considerar que dicha situación ponía en riesgo a Atenas y al resto de las ciudades-estado de Grecia. La Primera Filípica fue escrita entre 351 a. C. y 350 a C. para advertir a los atenienses sobre el peligro e incitarlos a resistir.

Luego hubo una Segunda Filípica y una Tercera Filípica. En todas ellas, Demóstenes intentó contener el avance de Filipo II de Macedonia y promovió un enfrentamiento contra el ejército de este rey.

En la lengua actual

Retomando el uso actual de filípica, puede decirse que refiere a contenidos o mensajes que incluyen fuertes críticas. Por ejemplo: “En su filípica contra el presidente, el diputado opositor hizo hincapié en el supuesto autoritarismo del mandatario”, “Tras una filípica de casi dos horas contra el entrenador, el futbolista anunció su renuncia al seleccionado nacional”, “No me agrada la filípica gubernamental contra los medios de comunicación, creo que afecta a la libertad de expresión”.

En este marco debemos mencionar la expresión echar una filípica, que se usa para censurar o reprender a una persona de manera vehemente, agria y severa. Una forma más vulgar o común de decir lo mismo es echar una bronca, y esto suelen hacerlo los padres para aleccionar a sus hijos como consecuencia de su mal comportamiento. Para que una persona llegue a echarle una filípica a otra, la causa o el detonante deben ser muy graves.

Volviendo a los ejemplos antes expuestos, el diputado que se expresa contra el jefe de gobierno tiene un mensaje de gran relevancia para el país, ya que acusa a quien lo dirige de tener un trato autoritario, algo que se opone a la libertad del pueblo. El segundo nos habla de la profunda disconformidad que siente un jugador de fútbol, razón por la cual emite un discurso extenso y contundente dirigido a su entrenador para anunciarle que dejará de formar parte del seleccionado, aprovechando para quejarse y reclamar.

Finalmente llega un ejemplo que nos puede resultar más o menos familiar dependiendo de nuestra ubicación geográfica. El emisor expresa su desagrado con respecto al echo de que el gobierno arremeta contra los medios de comunicación, empujándolos a callarse ciertas cosas y a embellecer otras, privándolos de su merecida libertad de expresión. Esta violencia verbal contra los periodistas se representa en la oración como una «filípica gubernamental».

Los catorce discursos de Cicerón (foto) contra Marco Antonio también fueron filípicas

Otros ejemplos

Los discursos que Cicerón emitió contra Marco Antonio también se conocen bajo el nombre de filípicas. Estos catorce sermones se caracterizaron por estar cargados de furia, y los pronunció luego de la muerte de César, cuando comenzó a sentir una fuerte rivalidad contra Marco Antonio como parte de la resultante lucha por el poder.

Es importante mencionar que estas filípicas emitidas por Cicerón, considerado el orador romano por excelencia, no le dieron los resultados que esperaba. Marco Antonio envió a un grupo de mercenarios para que le quitaran la vida, hecho que tuvo lugar en el año 43 a. C.

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