Definición de orador
En el latín es donde podemos decir que se encuentra el origen etimológico del término orador que ahora nos ocupa. Procede de “orator”, que es fruto de la suma de dos componentes de dicha lengua:
• El verbo “orare”, que puede traducirse como “hablar públicamente”.
• El sufijo “-dor”, que se utiliza para indicar “agente”.
El concepto se emplea para nombrar al sujeto que se expresa públicamente, por lo general a través de algún tipo de discurso o disertación.
Por ejemplo: “El congreso de biología incluyó a un orador brasileño que explicó las consecuencias del cambio climático en la selva amazónica”, “El último orador de la noche será John Kappablanch, un economista británico”, “La audiencia se mostró fascinada con el orador, quien apeló al humor en varias oportunidades”.
El orador, para lograr el efecto que desea en sus oyentes, debe dominar el arte de la oratoria. Esta disciplina implica diversas técnicas que permiten conmover o persuadir a la audiencia.
La estrategia del orador variará en cada caso, ya que en ocasiones puede preferir centrarse en la difusión de informaciones, en otras querrá impulsar la acción de quien escucha, etc. Supongamos que una persona lee un discurso sobre el aniversario de una institución. Como orador, lo más probable es que pretenda informar ciertos datos específicos (fechas, nombres). Si, en cambio, un individuo debe brindar una charla motivacional entre empleados de una empresa, su objetivo será generar un cambio en cada oyente.
Muchos son los estudios e investigaciones que se han llevado a cabo con el propósito de establecer cuáles son las cualidades y características que tiene que poseer un buen orador. En este sentido, podemos decir que estas son las que se consideran fundamentales al respecto:
• Se hace imprescindible que cuide su aseo personal, es decir, que vaya limpio, peinado, con las uñas cortadas…
• No menos importante es que vaya vestido de la manera más adecuada a cada ocasión.
• También se considera que es fundamental que goce de buena salud física y que muestre una actitud mental positiva.
• Desde el punto de vista de las cualidades intelectuales, debe caracterizarse por tener buena memoria, por ser imaginativo, por ser sensible ante las situaciones de los demás y por tener iniciativa.
• En lo que se refiere a características morales, se considera que un buen orador debe ser sincero, honrado, leal, congruente y puntual.
• Asimismo no menos importante es que vocalice correctamente, que adquiera el tono y el ritmo adecuado, que adecúe su vocabulario al público al que se dirige…
Los estudios llevados a cabo, analizando todas esas características, han manifestado que algunos de los mejores oradores de la historia han sido Abraham Lincoln, Winston Churchill, Gandhi o Nelson Mandela.
La noción de orador también se asocia a la oración en sentido religioso. Un orador, por lo tanto, es quien realiza un ruego y, por extensión, un predicador: “El padre Manuel fue un orador incansable, que pasaba hasta ocho horas por días rezando el Rosario”, “Todos los integrantes de esta congregación son oradores entregados a la comunicación con Dios”.