Definición de filamento
La etimología de filamento nos lleva al bajo latín filamentum, a su vez derivado de filum (que se traduce como “hilo”). De acuerdo al diccionario desarrollado por la Real Academia Española (RAE), un filamento es un elemento filiforme que puede ser rígido o flexible.
El adjetivo filiforme, por su parte, califica a aquello con forma de hilo. Puede decirse, por lo tanto, que un filamento es un hilo. Existen filamentos en diversos ámbitos y con características muy diversas.
Se llama filamento al hilo espiralado que se encuentra en el interior de una lámpara, bombilla o bombita. Cuando la lámpara se enciende, el filamento se calienta y se vuelve incandescente, generando luz. Estos filamentos suelen fabricarse con tungsteno y luego se recubren de magnesio y calcio.
Otro nombre por el que se conoce el tungsteno es wolframio, y se trata de un elemento químico cuyo número atómico es el 74 y se ubica en el grupo 6 de la tabla periódica. El filamento debe calentar el gas argón (otro elemento químico, en este caso con el número atómico 18) que se encuentra en el interior de las lámparas incandescentes para conseguir que se enciendan.
En el terreno de la botánica, se denomina filamento al sector del estambre de una flor que se encarga de sujetar la antera. Recordemos que el estambre es el órgano masculino de las flores: se trata de una hoja transformada que contiene la antera (un saco donde se elabora y se almacena el polen). Esta parte se encuentra sostenida desde su base por el filamento conocido como estambre.
La biología también recurre a la idea de filamento, en este caso para aludir a un componente del citoesqueleto (la estructura que se halla en el interior de una célula). En este entramado de las células eucariotas, es posible reconocer filamentos de actina (una proteína), filamentos intermedios (agrupaciones de otras proteínas fibrosas), microtúbulos (sectores con forma de tubo) y septinas.
Con la reducción de costos de fabricación de las impresoras 3D, algunas empresas decidieron comercializar modelos más accesibles, y esto dio lugar a que muchas personas comenzaran a imprimir sus propias creaciones sin salir de sus casas, ya sea para uso propio o para venderlas. Gracias a estas máquinas es posible imprimir productos estáticos o funcionales, para cubrir un amplio abanico de necesidades. La materia prima usada en estos casos se denomina filamento, y se vende en varios tipos.
El material más popular de todos se llama PLA, la sigla de ácido poliláctico. Su éxito se debe a varias razones, siendo la más destacada la facilidad con la que se puede extrudir (darle forma tirando de una de las caras del objeto). En comparación con otros, el PLA no requiere temperaturas muy altas para extrudirlo y no produce un olor desagradable mientras se lleva a cabo la impresión.
Otra ventaja del PLA es que resulta más ecológico que la mayoría de las alternativas, ya que se obtiene de recursos renovables, como la caña de azúcar o el almidón de maíz. Este material se utiliza en la fabricación de muchos tipos de filamentos diferentes.
Dado que los filamentos PLA tienen propiedades tan positivas, resulta más fácil preguntarse cuándo no usarlos que lo contrario. En este sentido es necesario señalar una de sus desventajas: es más frágil que los demás. Por esta razón se recomienda no utilizarlo para la impresión de objetos que deban manipularse mucho, que puedan caerse o doblarse, como ser herramientas o juguetes, por ejemplo. Otro punto a tener en cuenta es que se deforma cuando alcanza los 60 °C, por lo cual no conviene imprimir artículos que vayan a dejarse cerca de calefactores o de la cocina.