Definición de fieltro
El concepto de fieltro, que proviene de la lengua germánica, alude a un producto textil que no se teje, sino que se forma a partir de la conglomeración de pelo, lana u otro material. El fieltro es un paño que se utiliza de diversos modos.
La mayoría de los productos textiles son tejidos: se fabrican a partir del cruce de hilos longitudinales (la urdimbre) con hilos transversales (la trama). Para que sea posible tejer, por lo tanto, las fibras primero deben ser convertidas en hilos.
El fieltro, en cambio, no es un tejido. Se trata de un elemento hecho a partir de la unión de fibras por un procedimiento mecánico y térmico, utilizando vapor o calor y generando presión. El resultado es una lámina homogénea, flexible y porosa que se destaca por su suavidad, su elasticidad y su capacidad de absorción.
Por lo general, al fieltro se le suele añadir un forro o revestimiento. De esta manera mejora su estructura, es más resistente y hasta puede volverse impermeable. Así, el fieltro reforzado se utiliza en la fabricación de alfombras, sombreros, faldas y otros productos.
Cabe destacar que el fieltro suele ser mencionado como el primer material textil desarrollado por el ser humano. Se cree que su descubrimiento pudo estar vinculado a los mechones de lana que las ovejas dejaban adheridos a los árboles, los cuales se apelmazaban. Otra teoría indica que el hombre prehistórico, al utilizar prendas realizadas con vellón, terminó descubriendo que la humedad del sudor permitía obtener un material compacto.
Es importante señalar que existen varios tipos de fieltro, cada uno de ellos con características y usos diferentes. Por ejemplo, el fieltro acrílico es ideal para su uso en la elaboración de disfraces, ornamentos o manualidades muy variadas. Algunos de los campos en los que se utiliza son la fabricación de juguetes, flores artificiales, bisutería y tapicería. Es posible comprarlo en láminas de diferentes colores y medidas. Se fabrica enteramente en poliéster, se puede lavar a máquina y planchar sin problemas.
Por otro lado tenemos el fieltro adhesivo acrílico, el cual suele usarse para proteger superficies poco resistentes o delicadas contra los roces, tal como ocurre con el parquet. Otra de las aplicaciones es la amortiguación de aparatos eléctricos cuyo funcionamiento los hace vibrar.
El fieltro sintético, por su parte, también se ofrece en muchos colores y es de fácil manipulación: se puede cortar, coser y pegar con cola para la creación de diversos productos. También existe el fieltro lana, el cual proviene del material que le da nombre y por eso resulta muy suave al tacto. Tiene muchas propiedades interesantes, como ser la protección térmica, una gran flexibilidad y el hecho de ser un buen amortiguador y antiestático. Entre sus aplicaciones podemos destacar el forro de mesas de billar, la elaboración de sombreros y artículos de decoración.
Para tareas tales como la insonorización, la fabricación de instrumentos musicales y la absorción de líquidos se utiliza el fieltro industrial, el cual se vende en piezas más grandes que los demás. Dentro de esta categoría podemos encontrar varios materiales, cada uno para una serie de aplicaciones diferentes.
Entre los rasgos más generales del fieltro se encuentran los siguientes: es aislante; es antiestático; posee una buena flexibilidad y amortigua los impactos; dura mucho tiempo antes de deteriorarse; ofrece un buen grado de manipulación; protege eficazmente contra las bajas temperaturas y los ruidos.
Con respecto a las posibilidades de manipulación que ofrece el fieltro, citamos las siguientes: podemos doblarlo, cortarlo, plancharlo, estamparlo, graparlo, coserlo, troquelarlo y pegarlo con facilidad. Otras de sus ventajas son que sus bordes no son propensos a las arrugas, que no se deshilacha y que no es necesario lavarlo con mucha frecuencia.