Definición de egresos
Del latín egressus, los egresos son las salidas o las partidas de descargo. El verbo egresar hace referencia a salir de alguna parte. Por ejemplo: “Los egresos de la terminal de ómnibus han sido multitudinarios: parece que no quedará nadie en la ciudad durante el verano”.
El concepto de egresos, de todas maneras, se encuentra muy ligado a la contabilidad; en este caso, significa la salida de dinero de las arcas de una empresa u organización, mientras que por ingresos se entiende el dinero que entra.
Para la contabilidad, los gastos y las inversiones son egresos.
Los egresos contables
Los egresos incluyen los gastos y las inversiones. El gasto es aquella partida contable que aumenta las pérdidas o disminuye el beneficio, y siempre supone un desembolso financiero, ya sea movimiento de caja o bancario. El pago de un servicio (por ejemplo, de conexión a Internet) y el arrendamiento de un local comercial son algunos de los gastos habituales que forman parte de los egresos de las empresas.
Las inversiones y los costos, por su parte, también suponen el egreso de dinero; sin embargo, se trata de desembolsos que se concretan con la esperanza de que se traduzcan, en un futuro no muy lejano, en ingresos. Al comprar una materia prima, una compañía realiza un gasto (el dinero egresa de su caja) pero, al transformar dicha materia, se convierte en un producto terminado que generará ingresos con su venta. La lógica empresarial implica que estos ingresos deben superar los egresos para obtener rentabilidad.
El flujo de efectivo es un estado contable que permite llevar el control de los movimientos de efectivo y equivalentes. Se trata de una manera de supervisar cuánto dinero egresa de la empresa y cuánto ingresa, lo que resulta indispensable durante las etapas de planificación. Una compañía necesita tener controlados sus egresos para poder hacer frente a sus obligaciones operativas.
Quien se gradúa, egresa de la institución educativa.
La graduación y los viajes de egresados
Al finalizar los estudios, jóvenes de muchas partes del mundo se embarcan en un viaje, con el propósito de compensarse por los esfuerzos realizados durante la cursada, así como de enriquecerse culturalmente. En Argentina, esta costumbre recibe el nombre de viaje de egresados, mientras que en otros sitios se denomina de estudios o de graduación (entre otros muchos nombres), acompañado muchas veces por las palabras primarios o secundarios.
El egreso de un centro de formación académica es motivo de festejos y celebraciones para estudiantes de todos los niveles, aunque no siempre se trata eventos pacíficos y con intereses turísticos; en el Oeste de Australia, por ejemplo, existe una costumbre llamada Schoolies week, que consiste en pasar una semana entera de fiesta, aunque no sin consecuencias negativas para la comunidad. Para muchos, los viajes y las fiestas de fin de curso son la excusa perfecta para hacer todo aquello que tienen prohibido en la casa de sus padres; a veces, el precio a pagar por esta libertad desenfrenada es muy alto.
Durante los viajes de egresados, los objetivos de muchos jóvenes son mantener relaciones sexuales por primera vez, ingerir excesivas cantidades de alcohol y fumar, sin restricciones, sin adultos que tengan la autoridad suficiente como para prohibirles ninguna de dichas actividades. Cinco días, una semana o, incluso, una quincena no alcanzan para destruir el organismo, pero esto no quiere decir que el cuerpo no se resienta luego de repetidos comas etílicos y de los grandes volúmenes de humo que ahogan sus pulmones.
En resumen, el viaje de fin de curso representa una más de los tantos actos de hipocresía de la sociedad: padres y maestros colaboran año tras año en la organización de una celebración que, más tarde, saben que reprobarán, en la cual saben que la vida de algún adolescente se pondrá en peligro o cambiará para siempre, como ocurre cuando se da un embarazo no deseado.