Definición de egoísmo
El término egoísmo hace referencia al amor excesivo e inmoderado que una persona siente sobre sí misma y que le hace atender desmedidamente su propio interés. Por lo tanto, el egoísta no se interesa por el interés del prójimo y rige sus actos de acuerdo a su absoluta conveniencia.
El concepto proviene del ego que es, de acuerdo con la psicología, la instancia psíquica mediante la cual un individuo se hace consciente de su propia identidad y se reconoce como yo. El ego es aquello que media entre la realidad del mundo físico, los impulsos del sujeto y sus ideales.
El egoísmo, por lo tanto, es un concepto opuesto al altruismo. Este último habla de sacrificar el propio bienestar (o al menos restarle importancia) por el beneficio de los demás; es decir, buscar el bien ajeno antes que el propio.
Existen distintos tipos de egoísmo. El egoísmo psicológico es una teoría que afirma que la conducta humana está impulsada por motivaciones autointeresadas. El egoísmo ético considera que las personas ayudan a las demás pero siempre en búsqueda de un beneficio posterior (la ayuda representa un medio para obtener algo provechoso). El egoísmo racional, por otra parte, señala que la búsqueda del propio interés es fruto del uso de la razón.
De estas distinciones se desprende que, dependiendo de la perspectiva desde la cual se mire el egoísmo, puede entenderse como una actitud negativa al cien por ciento, representativa de la falta absoluta de preocupación por el bienestar ajeno, o también como una forma de buscar el propio y de hacerse respetar. El rango de posibilidades que esto representa de seguro se enfrenta a la disconformidad de muchas personas, dado que el egoísmo es uno de los mayores enemigos de la normalidad; o al menos eso se intenta transmitir.
El egoísmo es el trabajo mejor pagado
La sociedad intenta convertir a todos y cada uno de sus integrantes en seres normales; para ello, existe una serie de reglas, de obligaciones y prohibiciones, que deben ser cumplidas a rajatablas para asegurar la prosperidad del grupo. Esta línea de comportamiento gira en torno a entregar la propia vida a los demás; comienza por criar a nuestros hijos, y culmina por cuidar a los propios padres, cuando éstos envejecen y pierden la autonomía.
Para conseguir dichos objetivos, es importante formarse en alguna profesión, de modo que sea posible sostenerse económicamente, para luego tener una base lo suficientemente sólida sobre la cual apoyar a los descendientes y a los progenitores. El egoísmo, entendido desde este punto de vista, consiste en desatender alguno de estos mandatos sociales en pos de buscar la felicidad auténtica, o incluso la propia integridad.
Existe la idea generalizada de que no hacer lo que otros esperan de nosotros es una forma de egoísmo, y esto se utiliza como arma de manipulación. Una vez que concluye la infancia, nos convertimos en sirvientes de nuestros padres, ya que esperan que les devolvamos los años de entrega supuestamente desinteresada. Cuando comenzamos a buscar nuestro propio camino, se nos condena, se nos reprocha y se nos etiqueta de desconsiderados y desagradecidos.
El altruismo de nuestros progenitores consiste en una inversión a largo plazo; nos dan todo, esperando que algún día lo hagamos por ellos, asegurando así su futuro. ¿Es egoísta alguien que no admite un abuso psicológico sobre su persona, alguien que se niega a dejar de lado su felicidad por la del prójimo? Y, del mismo modo, ¿es altruista alguien que hace el bien esperando algo a cambio de manera enmascarada? La verdadera definición de estos términos esconde el secreto que nadie quiere que sepamos, ya que nos abre las puertas a un camino auténtico, de verdadero libre albedrío, y muy pocos se atreven a transitarlo.