Definición de dengue
Dengue es el nombre de una enfermedad contagiosa y de tipo epidémico que se produce por un virus transmitido por los mosquitos Aedes aegypti o Aedes albopictus, que tienen su hábitat en acumulaciones de agua. Los síntomas del dengue incluyen fiebre, dolores en las extremidades y erupciones.
Estos mosquitos suelen aparecer en regiones de clima tropical, pero su presencia se ha extendido a gran parte del mundo donde las condiciones climáticas son cálidas. Como el Aedes aegypti deposita sus huevos en el agua, resulta vital eliminar las acumulaciones de agua estancada en baldes, tarros u otros objetos para evitar que el dengue se propague.
Las hembras del Aedes aegypti son las que pican y pueden transmitir el virus del dengue. Por lo general no se desplazan a más de cien metros de donde han puesto sus huevos, lo que hace que quienes viven rodeados de agua estancada tienen mayores posibilidades de contraer el virus.
El periodo de incubación del dengue suele extenderse entre cinco y ocho días. La irrupción del cuadro viral se caracteriza por la cefalea, los dolores en músculos y articulaciones, la hinchazón de los ganglios linfáticos, la temperatura corporal elevada y las erupciones cutáneas. Entre los síntomas menos habituales, se encuentran las náuseas, los vómitos, los trastornos estomacales y las hemorragias nasales.
Cabe destacar que la variedad más grave del dengue puede llevar a la muerte por el daño que ocasiona en los órganos y por el sangrado severo.
Como no existe una vacuna certificada contra la enfermedad, la mejor forma de prevenir el dengue es combatiendo al mosquito. Impedir que se acumule agua estancada, colocar mosquiteros en las ventanas y utilizar repelentes son algunas de las medidas a tomar.
Campañas de prevención
Cada año, en países donde generalmente se dan casos de dengue, centenares de voluntarios se ponen en marcha para educar a la población acerca de los distintos métodos de prevención del dengue, así como para colaborar con quienes lo sufren. Existen tanto dependencias del Estado como organismos de carácter internacional y agrupaciones de civiles que aúnan sus esfuerzos para combatir esta enfermedad, que se cobra muchas vidas.
Estas campañas no sólo se realizan en verano, sino que también en invierno; la idea es ofrecer un profundo conocimiento de las acciones que atraen a los mosquitos, para promover un cambio de estilo de vida que prevenga la expansión del dengue. Cabe mencionar que esto representa una gran movilización, tanto por parte del gobierno como del pueblo, ya que es necesaria una previa capacitación de los voluntarios, quienes deben estar preparados para transmitir la información, pero también para evacuar dudas y saber guiar y aconsejar a los participantes.
Algunos de los métodos utilizados comúnmente para la educación contra el dengue incluye la difusión de consejos a través de carteles y folletos explicativos entregados en la vía pública, así como charlas en escuelas y comedores comunitarios. Se intenta centrar los esfuerzos en aquellos sectores de la población que pasen más necesidad, ya que son los más propensos a carecer de agua potable y suelen vivir en casas mal construidas o en estado de deterioro, lo que vuelve imposible mantener el nivel de asepsia necesario para la salud.
Uno de los consejos más útiles consiste en asegurarse de no dejar recipientes capaces de acumular agua en espacios abiertos, tales como patios y jardines, ya que representan un potencial criadero de Aedes aegypti y albopictus; puede tratarse de macetas en desuso, latas o incluso neumáticos. Otro punto importantísimo es deshacerse de los residuos tan pronto como sea posible, aunque en algunos casos, cuando tienen lugar huelgas de recolectores, poco pueden hacer los ciudadanos. La frecuencia de estas campañas suele ser menor en épocas de bajas temperaturas, ya que el peligro de contagio es menor.