Definición de cupido
De acuerdo a la mitología romana, Cupido es el hijo de Venus, la diosa de la fertilidad, la belleza y el amor. El padre de Cupido varía según la versión: Marte, Júpiter y Vulcano son mencionados como sus progenitores en distintos relatos.
A Cupido se lo considera el dios del deseo romántico. El mito narra que dispone de flechas de dos clases: una concede el amor y la otra, provoca el olvido. Por eso se dice que Cupido puede armar y desarmar parejas.
A Cupido se lo representa como un niño desnudo o en pañales, con alas, que lleva un arco, flechas y una aljaba o carcaj (un recipiente portátil para transportar las flechas). Si el término aparece escrito con minúscula inicial (cupido), alude a esta representación que se convirtió en un símbolo del amor y del Día de San Valentín.
Muchas veces Cupido aparece con los ojos vendados, reflejando que el verdadero amor surge del alma y no de lo físico. Cuando sus flechas llegan a una persona, el receptor del flechazo se enamora.
Volviendo al mito de Cupido, podemos estudiar diferentes versiones ya desde el punto de su nacimiento. De acuerdo con el filósofo y escritor del Antiguo Imperio Romano Lucio Anneo Séneca, conocido con el epíteto Séneca el Joven, Cupido es hijo de la diosa del amor, Venus, y del dios del fuego, Vulcano. Por otro lado, según su conterráneo Marco Tulio Cicerón, con quien también compartían profesiones, existen tanto uno que nació del Erebo y de la Noche, y otro cuyos padre son Júpiter y Venus.
El primero de los dos se identifica con el Hímero griego (la personificación del deseo sexual y la lujuria), es caprichoso y violento; el segundo, en cambio, es la representación del amor, y es por lo tanto deleitoso y suave. Además de estas dos versiones, existe otra, la más extendida, en la cual los padres de Cupido son Venus y Marte; al parecer, ésta pertenece al poeta griego Simónides de Ceos, quien creó también la mnemotecnia.
Continuando con la versión de Simónides, el lugar de nacimiento de Cupido es la isla de Chipre, el mismo de su madre, quien lo escondió en sus bosques y confió en que lo amamantaran las fieras por miedo a que Júpiter lo matara para evitar todo el mal que –según él– haría al mundo. Claro que la historia se inclinó en favor de Cupido, y por eso pudo crecer fuerte y sano, aunque ajeno a la razón en pos de una actitud impulsiva y espontánea.
Cupido fabricó su primer arco y sus flechas en el bosque, usando madera de fresno y ciprés. Más tarde, su madre le obsequió un arco de oro y unas flechas que, como se menciona en un párrafo anterior, eran de dos clases diferentes: las que concedían el amor tenían su punta de oro; las que provocaban la ingratitud y el olvido en sus víctimas, tenían la punta de plomo.
Es importante resaltar que nadie era inmune a los poderes de las flechas de Cupido: ni sus propios padres, ni los dioses, ni siquiera el mismo.
La figura de Cupido se usó como inspiración incontables veces en el mundo del arte. “Cupido durmiendo”, por ejemplo, es una pintura al óleo de Caravaggio. El artista italiano pintó el cuadro en 1608. “Cupido durmiente”, por otra parte, es una escultura de Miguel Ángel creada en 1496 cuyo rastro se perdió en el siglo XVII.
Cupido, por último, es el nombre de un satélite natural del planeta Urano. Descubierto en 2003, forma parte de un grupo de satélites que presentan propiedades y órbitas similares, como Perdita, Crésida, Desdémona y Porcia, entre otros.