Definición de mito
Del griego mythos (“cuento”), un mito refiere a un relato de hechos maravillosos cuyos protagonistas son personajes sobrenaturales (dioses, monstruos) o extraordinarios (héroes).
Se dice que los mitos forman parte del sistema religioso de una cultura, que los considera como historias verdaderas. Tienen la meta de otorgar un respaldo narrativo a las creencias centrales de una comunidad.
El mito de Poseidón tenía una gran importancia en la Antigua Grecia.
Funciones de un mito
Esto nos lleva a las funciones del mito en la sociedad, en el marco de una cultura, ya que no son relatos arbitrarios o espontáneos. En pocas palabras, podemos decir que tiene tres funciones vitales: una explicativa, una de significado y una pragmática. La primera hace referencia a que el mito sirve para explicar, desarrollar o justificar el surgimiento, la causa y la razón de ser de diversos aspectos de la sociedad o bien de la vida de los individuos, tal y como ocurre con el mito griego que cuenta el origen del mundo o el libro del Génesis de la Biblia.
Por otro lado tenemos la función pragmática, porque el mito es el fundamento de algunas acciones y estructuras sociales en cuanto a que tiene la fuerza suficiente para establecer quién tiene el derecho a gobernar. Dicho de otra manera, puede especificar y justificar las razones por las cuales una situación particular es de un modo y no de otro.
En tercer lugar se encuentra su función de significado. El mito no es simplemente una historia que pretenda explicar o justificar cuestiones de corte político, sino que nos pueden ofrecer la paz interior que necesitamos en ciertos momentos, ese consuelo que nos ayuda a levantarnos y seguir cuando hemos tenido que enfrentar la muerte, el dolor por la pérdida de un ser querido o la derrota personal. El mito se encuentra próximo a quien lo recibe para darle un sentido a su vida, combinando las tres funciones recién mencionadas.
El análisis de Lévi-Strauss
El antropólogo Claude Lévi-Strauss agrega que todo mito cumple con tres atributos: trata de una pregunta existencial, está constituido por contrarios irreconciliables y proporciona la reconciliación de esos polos para poner fin a la angustia.
En su origen, el mito es un relato oral. Con el correr del tiempo, sus detalles van variando de acuerdo a la transmisión del conocimiento de generación en generación. Una vez que las sociedades desarrollaron la escritura, el mito fue reelaborado en forma literaria, con lo que extendió sus versiones y variantes.
Los unicornios son seres mitológicos.
Tipos de mito
Los estudiosos han distinguido distintas clases de mitos, como los cosmogónicos (que intentan explicar la creación del mundo), los teogónicos (se refieren al origen de los dioses), los antropogónicos (sobre la aparición del ser humano) y los fundacionales (nacimiento de las ciudades), entre otros.
El mito cosmogónico es un relato que busca ofrecer una respuesta al misterio que supone el origen del universo y de nuestra especie. El teogónico, por otro lado, se enfoca en el cosmos y los dioses de la mitología griega. El mito antropogónico también tiene un enfoque religioso acerca de nuestro origen, ya que contempla que hayamos sido creados por un ser superior. El mito fundacional también se conoce como fundador y persigue una explicación para el surgimiento de ciertos ritos o polis (las ciudades-estado de la Edad Oscura de Grecia).
El concepto en la actualidad
Cuando, en la antigüedad, las explicaciones científicas comenzaron a competir con las míticas, el término mito adquirió un contexto peyorativo, que comenzó a utilizarse como sinónimo de una creencia extendida pero falsa o de una patraña.
Por otra parte, el concepto de mito también suele utilizarse para referirse a personajes o hechos históricos, que hayan dejado una huella inconfundible. En este caso también se puede usar su adjetivo. Por ejemplo: “Juan Manuel Fangio es una figura mítica del automovilismo”.