Definición de concusión
Concusión es un término que procede del latín concussio. Se trata de una exacción (la acción de exigir impuestos, multas o prestaciones) arbitraria que lleva a cabo un funcionario público en provecho propio.
La concusión, por lo tanto, es un concepto legal que se utiliza para describir una situación en la cual un funcionario hace uso de su cargo para hacer pagar a una persona una contribución que no le corresponde. La concusión también implica exigir un pago más alto del estipulado por ley.
El delito de concusión puede contar con diversos agravantes: el uso de intimidación, la invocación de órdenes de funcionarios de mayor jerarquía, etc. El análisis de la concusión y sus características depende de un juez.
Por ejemplo: “Pérez fue acusado de concusión por un empresario local, quien asegura que el funcionario le exigió una fuerte suma de dinero para habilitarle el negocio”, “Un secretario administrativo del municipio fue encontrado culpable de concusión y deberá pasar dos años en prisión”, “Estoy preocupado: han acusado a mi jefe de concusión”.
El servidor público incurre en este delito cuando exige, por sí mismo o por medio de otra persona, dinero, valores o servicios a título de impuesto, renta, contribución, etc., sin que la ley lo estipule o en una cuantía superior a la permitida.
Si el funcionario es encontrado culpable, la pena varía según cada legislación y de acuerdo con la gravedad del delito cometido. Por lo general, los castigos van desde el pago de multas hasta la destitución e inhabilitación para desempeñarse en cargos públicos o incluso la prisión.
Peculado es un concepto relacionado con el de concusión: tiene lugar cuando un servidor público se apropia de bienes del Estado o de compañías, en provecho propio o de un tercero.
Diferencias con cohecho
Concusión y cohecho son dos términos que a menudo se confunden en el lenguaje popular, pero se trata de conceptos distintos. En primer lugar, cabe aclarar que ambos pertenecen a una misma categoría: son dos tipos de abuso, un fenómeno que ha adoptado diferentes formas a lo largo de la historia y que continúa enmascarándose para formar parte de las diversas culturas del ser humano.
Continuando con el abuso, si bien posee muchas clasificaciones, la tasa más alta de víctimas está asociada al abuso de poder, dado que no requiere de una alta jerarquía política ni de una fortuna económica; en muchos casos, de hecho, los abusadores no necesitan otra cosa que una fuerte personalidad, una gran influencia sobre su entorno que se da meramente a nivel psicológico.
La concusión y el cohecho son dos tipos de abuso muy comunes, al punto de haberse convertido en conceptos que la población acepta con total normalidad, dado que suelen tener un lugar reservado en las noticias casi a diario. La principal diferencia entre ambos términos puede apreciarse en sus definiciones básicas: mientras que la concusión implica la exigencia de un pago por parte de un funcionario que busca un beneficio para sí mismo, el cohecho describe la sobornación de un funcionario público o un juez.
Otra distinción posible gira en torno a la demanda de la suma monetaria, la cual se da solamente en el caso de la concusión, dado que el funcionario exige dicho pago. Por otro lado, todos los individuos que llevan a cabo un cohecho llegan a un acuerdo, sin necesidad de amenazas por parte de ninguno de ellos.
Se trata de dos delitos graves, ambos relacionados con el dinero y la falta de honestidad, de dos acciones que producen un daño en el bien jurídico de la administración pública; cuando se comete una concusión, sin embargo, a dicho perjuicio se suma uno al patrimonio particular.