Definición de cibernética
Cibernética es un término que puede emplearse como sustantivo o como adjetivo. En el primer caso, refiere a la especialidad científica que compara el funcionamiento de una máquina y el de un ser vivo, sobre todo en lo referente a la comunicación y a los mecanismos de regulación.
Como adjetivo, cibernética alude a aquello vinculado a la realidad virtual y a lo que fue producido o es controlado a través de una computadora (ordenador).
Las funciones de comunicación y de control son fenómenos internos y externos de los sistemas. En el caso de los seres vivos, forman parte de sus capacidades naturales. A partir del estudio de estas funciones, los expertos en cibernética lograron imitar ciertas facetas del funcionamiento de los organismos vivos en diferentes tipos de máquinas.
La cibernética, como ciencia, comenzó a desarrollarse a comienzos de la década de 1940. El progreso de la computación, la informática, la programación y la robótica se vincula a este campo de estudios.
Específicamente, el nacimiento de la ciencia conocida como «cibernética» tuvo lugar en el año 1942, y los pioneros en la materia fueron Arturo Rosenblueth Stearns y Norbert Wiener. Más tarde, en 1950, un matemático norteamericano llamado Ben Laposky creó el concepto de abstracciones electrónicas a través de un ordenador analógico; en pocas palabras, se trataba de la manipulación de ondas para su registro en medios electrónicos.
La inteligencia artificial es otro de los grandes temas que vivió un crecimiento importante durante la década de los cincuenta, en este caso de la mano de William Ross Ashby, un médico y neurólogo británico. Este concepto se puede definir en pocas palabras como la inteligencia que exhibe una máquina, gracias a la cual es capaz de percibir su entorno y tomar ciertas decisiones que aumenten sus probabilidades de éxito en el desarrollo de sus tareas.
Una de las grandes confusiones que suele despertar este concepto es la idea de que inteligencia artificial es sinónimo de «ordenadores que actúan de forma infalible»; si bien uno de los objetivos de la cibernética es conseguir que las máquinas lleven a cabo actividades de gran complejidad con el menor porcentaje de error posible, también busca replicar las características de los seres humanos en los robots, y en ese punto la inteligencia debe admitir un cierto margen de error para reflejar «naturalidad».
La teoría de control o regulación automática es uno de los pilares de la cibernética. Se basa en el control de un estado específico de un proceso (haciendo que una temperatura o una velocidad se mantengan estables y constantes, por ejemplo). Otro concepto importante es el de retroalimentación: una proporción de una salida del sistema es redirigida nuevamente a la entrada para el control del comportamiento.
El concepto de retroalimentación también se conoce con el nombre de realimentación y es uno de los más importantes en el marco de la cibernética. En biología, economía, arquitectura e ingeniería, entre otros sistemas complejos, también podemos apreciar ejemplos de retroalimentación. Se basa en el proceso administrativo, según el cual se destina una etapa cuantitativa y cualitativa al control, para apoyar sobre ella la planificación.
En definitiva, la cibernética se basa en la retroalimentación para el desarrollo de sistemas de control. Mediante la cibernética, por citar un caso, es posible programar máquinas para que desarrollen ciertos trabajos repetitivos.
La revolución tecnológica de la que somos testigos en la actualidad surgió en gran parte gracias al desarrollo de la cibernética. Entre los nombres más importantes dentro de este campo se encuentran John von Neumann (matemático que realizó aportes esenciales para la física cuántica), Alan Turing (científico considerado uno de los precursores de la informática moderna) y Norbert Wiener (quien acuñó el término «cibernética»).