Definición de católico
El término griego katholikós, que llegó al latín tardío como catholĭcus y luego al castellano como católico, puede traducirse como “universal”. Este adjetivo, que alude a aquello que resulta común o que abarca a todos, fue utilizado por la Iglesia de Roma para referirse a sí misma.
Por eso la noción de católico se utiliza con referencia a la religión cristiana que tiene como líder al papa de Roma. Los cristianos son los seguidores de Cristo, considerado el hijo de Dios: el papa, por su parte, es el sucesor del apóstol San Pedro y vicario de Cristo en el mundo terrenal.
Puede decirse que la religión católica, también llamada catolicismo, es una rama de la religión cristiana o cristianismo. La Iglesia católica, de hecho, es la Iglesia cristiana con mayor cantidad de fieles.
Los católicos creen en Jesucristo.
En qué creen los católicos
Los católicos, en definitiva, creen en Cristo y reconocen al papa como su líder religioso. En este marco, respetan la teología, las liturgias y las doctrinas que hacen a esta comunidad.
Es importante tener en cuenta existen dogmas compartidos por los católicos y otros cristianos. Entre los principales dogmas católicos, que están basados en la Biblia, aparecen la Santísima Trinidad (hay un único Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo), la Inmaculada Concepción (María, la madre de Cristo, fue concebida sin pecado), la Maternidad Divina (el embarazo de María fue obra del Espíritu Santo, o sea que ella nunca perdió su virginidad) y la Eucaristía (el pan y el vino que se transforman en el cuerpo y la sangre del hijo de Dios).
El líder católico es el papa (jefe de Estado del Vaticano).
La instrucciones de la Iglesia
Una de las mayores preocupaciones de los católicos es obrar de acuerdo con las enseñanzas y expectativas de Dios, algo que resulta más difícil de lo que parece, sobre todo en la adultez. La libertad con la que contamos en nuestro día a día nos lleva muchas veces a cometer actos de los cuales solemos arrepentirnos, especialmente cuando nos dejamos vencer ante alguna tentación.
En primer lugar, la Iglesia da un consejo muy fácil de seguir para todo aquél que desee ser un buen católico: orar. Claro que la verdadera oración debe surgir de forma espontánea y legítima del corazón; de nada sirve una rutina que resulte tediosa y repetitiva, sino que debe tratarse de un momento de comunicación con Dios en el cual intentamos aprender más de sus muchos ejemplos y reconocer nuestras faltas. Las oraciones deben ser cortas y con un objetivo en el bien común, en lugar de enfocarse en aquellas cosas que deseamos para nosotros mismos.
Sacramentos católicos y la fe
El bautismo, la primera comunión y la confirmación son pasos fundamentales hacia el nacimiento de un verdadero católico, pero no sirven de nada si no existe un despertar en el alma, una revelación que nos haga sentir el amor de Dios, la entrega que demostró en más de una ocasión para enseñarnos a ser generosos y sinceros. El respeto por su figura y por todos los símbolos del catolicismo debe ser verdadero; si dudamos, entonces debemos buscar el apoyo de quienes hayan dado ese paso hacia la estabilidad.
Precisamente, hablar con los sacerdotes y con aquellas personas que llevan un tiempo viviendo su unión con Dios a pleno es muy aconsejable para encontrar una perspectiva rica y sólida acerca de lo que significa ser un buen católico.
Es importante recordar que este lazo es íntimo, el más íntimo de todos, y debemos preservarlo por sobre todas las cosas; nada tiene que ver el catolicismo auténtico con la conducta de aquellas personas que desean hacer públicas sus buenas acciones, su fe en Dios, la frecuencia con la que visitan la iglesia, sus obras de caridad.