Definición de fe
La palabra fe deriva del término latino fides y permite nombrar a aquello en lo que cree una persona o una comunidad. También hace referencia a una sensación de certeza y al concepto positivo que se tiene de un individuo o de alguna cosa.
«Tengo fe en que ganaremos el partido», «Lo único que mantuvo de pie fue mi fe en Dios», «Los hombre de fe pueden lograr cosas increíbles», «Mi tío profesa la fe cristiana».
La fe, por otra parte, es la afirmación o confirmación de que algo es veraz o el documento que ratifica la validez de ciertas cosas (“El escribano dio fe del acto”).
En este caso concreto, podemos subrayar que hoy día existe precisamente una profesión que tiene como objetivo que la persona que la desarrolle tenga como función el dar fe de los testamentos, contratos o documentos de índole similar siguiendo, por supuesto, las normativas y legislaciones existentes al respecto en cada país. Estamos hablando del notario.
Entre los factores que intervienen en la fe, aparecen la moral, la razón y los sentimientos. Se habla de fuerza moral cuando la fe es impulsada por el miedo a un castigo divino o por la ambición de alcanzar un cierto premio. La fuerza racional, en cambio, se nutre de preceptos que se mezclan con pruebas de tiempos pasados. Por último, la fuerza sentimental o emocional aparece cuando la fe tiene su punto de partida en un anhelo y contribuye a mejorar la autoestima del sujeto.
La fe, por lo general, se constituye como la base o el sustento de las religiones, ya que los fieles confían en las normas que les son suministradas por las autoridades religiosas.
Así, tal y como explicamos, es fundamental que cualquier creyente de una religión tenga fe en los máximos dirigentes de la misma, en las afirmaciones que ellos realizan y en las doctrinas que predican pues sólo así podrá aceptar y acatar las mismas. Y más teniendo en cuenta que cualquier tipo de religión se sustenta en elementos, situaciones y hechos que no pueden demostrarse porque sino se tiene fe, no se podrá creer en todo aquello que se loa.
Todo ello es una buena muestra de que cualquier religión escapa a la razón, pues tiene como pilares centrales manifestaciones o sucesos que no pueden explicarse científicamente o que simplemente son fruto de una tradición escrita. En este sentido, habría que destacar que un ejemplo de ello son los milagros de los que se habla en cualquier doctrina, son hechos en los que los fieles creen porque tienen fe en que han sucedido tal y como se cuenta.
En este sentido, también habría que destacar una frase que es utilizada en muchas ocasiones: “la fe mueve montañas”. Con dicha oración lo que se intenta expresar es que si alguien espera conseguir un objetivo que parece imposible pero cree en poder lograrlo de una manera contundente seguro que lo acaba consiguiendo.
El concepto de fe puede utilizarse en combinaciones con otras palabras: la buena fe se vincula a la honestidad y la rectitud; la mala fe, en cambio, incluye maldad y perfidia. También puede mencionarse a la fe de erratas, que son las equivocaciones y los errores reconocidos por un medio de comunicación y enmendados con las aclaraciones pertinentes.