Definición de calor latente
Si nos centramos en el terreno de la física, el calor es la energía que se traspasa de un cuerpo hacia a otro, capaz de generar un cambio de estado y la dilatación de estos cuerpos. Latente, por su parte, es aquello que se encuentra oculto o que parece inactivo.
La noción de calor latente alude al calor que, al ser recibido por un cuerpo, no incrementa su temperatura, sino que es utilizado para que se produzca un cambio de estado.
Es importante destacar que la temperatura es la magnitud física que se encarga de expresar el nivel del calor. En el caso del calor latente, por lo tanto, se trata de energía que no aumenta esa magnitud en el cuerpo.
El calor de evaporización es el calor latente que requiere una sustancia para pasar del estado líquido al gaseoso.
Qué es el calor latente
Puede decirse que el calor latente es la energía que un cuerpo o sustancia requiere para cambiar su estado. Una sustancia en estado líquido, por ejemplo, necesita un determinado calor latente para pasar a una fase gaseosa. En este contexto el calor latente puede denominarse calor de evaporización. En un sentido similar, una sustancia sólida requiere de calor latente para pasar a un estado líquido: el calor de fusión.
Como el calor no se traduce en una variación de la temperatura mientras se desarrolla el cambio de estado, parece estar escondido. Por eso se habla de calor latente, ya que se añade calor a la sustancia sin que cambie su temperatura.
El calor latente es la energía que se necesita para lograr un cambio de estado.
Recorrido histórico
El uso de este concepto para describir el fenómeno que se observa cuando un cuerpo o una sustancia cambian de estado sin que el calor aplicado afecte su temperatura deriva de una época remota en la cual los científicos creían que el calor era una sustancia fluida, y la llamaban calórico.
Esto responde a un modelo denominado teoría calórica, la cual sirvió en su momento para explicar durante mucho tiempo los comportamientos y los rasgos físicos del calor, entendiéndolo como un fluido, el cual se decía que impregnaba la materia y era el causante de su calor.
Calor latente y calor sensible
Cuando el calor es aplicado a una sustancia que no registra un cambio de estado pero sí se incrementa su temperatura, los expertos hacen referencia al calor sensible. Cabe mencionar que ésta es la forma en la cual entendemos el calor en el habla cotidiana, ya que solamente atendemos la variación de temperatura.
Con respecto al calor sensible, la mayoría de los experimentos llevados a cabo apuntan a que para afectar la temperatura de un cuerpo dado necesitamos aplicar una cantidad de calor directamente proporcional a su masa y a la delta de temperaturas que pretendemos alcanzar.
El ejemplo del hielo derritiéndose
Para continuar con la explicación del concepto de calor latente tomemos, por ejemplo, un experimento a través del cual aplicamos calor a un cubo de hielo; dado que este último se encuentra a una temperatura por debajo de los 0 °C, donde el agua debió cambiar de estado líquido a sólido en primer lugar para que obtuviésemos el trozo de hielo, deberemos alcanzar ese umbral y cruzarlo si queremos ver el proceso inverso.
Desde el momento en el cual alcancemos los 0 °C y hasta que el cubo de hielo se haya fundido por completo, su temperatura no cambiará. La razón de esta interrupción en el aumento de calor se debe al principio expuesto en los primeros párrafos: el calor latente no se utiliza para afectar la temperatura del cuerpo, sino para producir su fusión.
Como es de esperarse, una vez que el trozo de hielo se haya fundido, la temperatura del agua comenzará a elevarse hasta alcanzar el siguiente punto de cambio de estado, que en este caso son los 100 °C, donde nuevamente la temperatura se mantendrá estable hasta que toda la sustancia se evapore.