Definición de boya
El término boya alude a un objeto que flota en el agua mientras está sujeto al fondo. Las boyas se emplean a modo de señal, por lo general para advertir a los navegantes sobre algún tipo de peligro o para indicar una ruta de navegación.
Es habitual que las boyas sean huecas y que floten gracias a estar infladas con aire. También existen las boyas rellenas con materiales más livianos que el agua. Todas las boyas flotan por el llamado Principio de Arquímedes: la masa de la boya resulta inferior a su volumen equivalente en agua.
Supongamos que, en un río, se hallan los restos de un barco hundido. Para evitar que otras embarcaciones choquen contra dicha estructura al navegar, las autoridades pueden instalar boyas de balizamiento.
En competencias deportivas acuáticas, las boyas señalizan por dónde deben circular los participantes. Las regatas de remo apelan a las boyas para marcar las calles que deben respetar los competidores, mientras que las regatas de vela usan boyas para determinar los puntos de viraje.
Hay boyas salvavidas, por otra parte, que están atadas a una embarcación y que se arrojan cuando un individuo cae al agua. El náufrago, de esta forma, puede flotar sujetándose de la boya. Desde el barco, tirando de la cuerda, se puede atraer la boya para rescatar al sujeto.
Otros tipos de boyas se utilizan para medir distancias, registrar alteraciones en la presión acuática, medir las velocidades de una corriente u obtener información meteorológica, por ejemplo. Las boyas de tiempo o boyas meteorológicas, en este sentido, son aquellos equipos que sirven para recoger datos tanto del océano como del tiempo.
Las boyas de tiempo también pueden ser de gran ayuda en medio de una respuesta de emergencia a derrames químicos, entre otras situaciones delicadas. Las boyas de amarre llevan en circulación desde el año 1951, mientras que las boyas a la deriva se usan desde 1979.
Con respecto a los río, podemos citar tres ejemplos: las boyas de elastómero, las de polietileno y las de acero. Las boyas de elastómero tienen una ventaja innegable: la elasticidad y la ligereza de su flotador, que resulta tanto de los materiales que se utilizan para su fabricación como de la proyección que se le efectúa con poliuretano elastómero.
La naturaleza maciza de las boyas de elastómero las vuelve casi imposibles de sumergir, incluso si sufren un impacto considerable. Como si esto fuera poco, tienen la rigidez suficiente como para resistir repetidos golpes sin que se deforme su estructura.
Con respecto a las boyas de polietileno, cuentan con un flotador de este material rotomoldeado virgen. Su superestructura y su cola, es decir las partes que se fabrican en metal, están hechas de acero galvanizado en caliente, y su diseño está pensado para que soporten duras condiciones en medio del mar a lo largo de muchos años. Es común que los fabricantes de boyas ofrezcan un cierto grado de personalización a sus clientes.
Por otro lado tenemos las boyas de acero, para cuyo diseño la arquitectura tradicional (que ha sido usada por muchas décadas) se fusiona con las tecnologías más modernas en lo referente a las normativas y los materiales. El acero usado para fabricar estas boyas es el mismo que se usa en el ámbito naval; su calidad es insuperable y su espesor supera los 10 milímetros.
El flotador tiene diámetros que se encuentran entre los 2 y los 3 metros, y debe atravesar un tratamiento de antioxidación tal que permita al usuario espaciar las sesiones de mantenimiento en períodos de más de cinco años. Sobra decir que su resistencia a los impactos es considerable, y también goza de una gran estabilidad.
El elemento flotador que tiene una red o una caña de pescar, por último, también se llama boya.