Definición de cuerda
Cuerda es un término que procede del latín chorda, aunque su origen etimológico más lejano se halla en la lengua griega. El concepto se suele utilizar para nombrar al producto formado por la unión de diversos hilos que se emplea para realizar ataduras o sujetar cosas.
Una cuerda, en este sentido, puede ser una soga o un cordel con diversos nudos que permite dirigir una fuerza o funcionar como sostén de algo. Por ejemplo: “Por favor, busca una cuerda para amarrar el equipaje”, “El hombre trató de levantar el árbol caído con ayuda de una cuerda, pero no pudo”, “Los investigadores creen que el asesino concretó el crimen con una cuerda”.
Las cuerdas también son los hilos que forman parte de los instrumentos musicales y que, al vibrar, generan diferentes sonidos. El bajo, el arpa y la guitarra son algunos de los denominados instrumentos de cuerda: “El músico rompió una cuerda de su guitarra pero siguió tocando”, “Necesito comprar cuerdas nuevas para el violín”, “Mi ukelele tiene cuatro cuerdas”.
Cada cuerda debe afinarse en una nota en particular, basándose en la convención correspondiente al la 440 (un la que vibra 440 veces por segundo y que se obtiene, por ejemplo, con ayuda de un diapasón); esto permite que cualquier músico pueda obtener los mismos sonidos, en la misma altura, cada vez que interprete una pieza determinada. Dado que en el pasado se utilizaba una afinación ligeramente más baja, los instrumentistas que buscan revivir las representaciones de siglos atrás no se guían por el la 440 sino por el que corresponda a la época.
Las cuerdas de los instrumentos tienden a perder tensión con el tiempo, lo cual repercute directamente en su afinación y en el color que son capaces de emitir, por lo cual los músicos deben estar siempre atentos para realizar los ajustes necesarios. Del mismo modo, el desgaste propio del uso hace que tarde o temprano se quiebren, o bien que pierdan su brillo y deban ser reemplazadas.
Se conoce como cuerdas vocales, por otra parte, a los pliegues presentes en la laringe del ser humano que son imprescindibles para la fonación. Gracias a las cuerdas vocales, tenemos voz y podemos hablar y cantar.
Según la teoría del canto lírico, es posible distinguir entre las siguientes cuerdas, o sea, tipos de voz de hombres y mujeres, ordenadas desde la más grave a la más aguda, respectivamente: bajo, barítono, tenor, contralto, mezzosoprano y soprano. Sin embargo, así como el resto de los rasgos de los seres vivos, la voz es particular de cada individuo, y presenta variaciones a pesar de pertenecer a una u otra cuerda.
Por ejemplo, se dice que la extensión vocal (también denominada rango) de un tenor debería abarcar dos octavas, desde el tercer do del piano hasta el quinto; por otro lado, ciertas obras exigen notas más agudas o más graves, dado que dichos límites son estimativos. Un ejemplo muy conocido se puede apreciar en la ópera Los puritanos del compositor italiano Bellini, que demanda al tenor el fa que se encuentra por encima del tope antes mencionado (esta nota se denomina fa sobreagudo).
Además, dentro de cada cuerda es posible distinguir diversas subclases, como ser soprano de coloratura, tenor ligero o barítono bajo, por citar tres de los muchos ejemplos. Una soprano de coloratura se caracteriza por su gran agilidad y su capacidad de cantar notas muy agudas, y eso la diferencia enormemente de la soprano dramática, que posee graves muy corpóreos y una resistencia que le permite abordar roles más pesados.
Una persona cuerda, por último, es aquella que goza de cordura (es decir, buen juicio): “Soy una mujer cuerda, no voy a cometer una locura antes de mi boda”, “Pareciera que la abuela ya no está cuerda: se confunde los nombres y no reconoce a sus amigas”, “Si Juan estuviera cuerdo, no habría permitido algo semejante”.