Definición de baobab
Un baobab es un árbol. El término alude a los integrantes del género Adansonia, a su vez pertenecientes al grupo familiar de las bombacáceas.
Las especies bombacáceas como el baobab son dicotiledóneas (sus embriones evidencian dos cotiledones o primeras hojas) y presentan hojas alternas con flores en panoja o racimo. Sus semillas suelen estar recubiertas de pulpa o de lana.
De las ocho especies conocidas de baobab, siete son nativas de África.
Especies de baobab
Los científicos reconocen ocho especies de baobab. Siete de ellas son nativas del continente africano y la restante, de Australia. Entre las africanas, seis se encuentran en Madagascar, una nación insular caracterizada por su biodiversidad.
Antes de avanzar, es importante mencionar que la denominación del género Adanson proviene de Michel Adanson, el botánico francés que escribió sobre estas plantas en el siglo XIII.
El Adansonia digitata es el baobab más conocido. Se trata de un árbol endémico del sur del Sahara que puede hallarse, entre otros lados, en el Parque Nacional Krueger de Sudáfrica.
El resto de los baobabs que crecen en África lo hacen en Madagascar. Son el Adansonia madagascariensis, el Adansonia za, el Adansonia suaresensis, el Adansonia rubrostipa, el Adansonia perrieri y el Adansonia grandidieri.
En cuanto a la especie restante, su nombre es Adansonia gregorii. El gran grosor de su tronco es su rasgo distintivo.
Características generales
Aunque las características de los baobabs varían según la especie, pueden mencionarse algunas particularidades a modo de referencia. Por lo general los baobabs miden unos diez metros de altura, con un tronco grueso de aspecto similar a una botella y ramas largas que se desarrollan en sentido horizontal.
Estos árboles tienen la capacidad de almacenar una gran cantidad de agua. Esto les permite crecer y subsistir en regiones desérticas.
Es importante mencionar que los baobabs son muy longevos y suelen vivir unos 1.000 años. Incluso se han encontrado ejemplares que, según las estimaciones de los especialistas, vivieron cerca de 5.000 años.
El fruto del baobab se aprovecha de múltiples formas.
Usos del baobab
El fruto del baobab, conocido como pan de mono o calabaza de Senegal, es valorado por su sabor y sus componentes nutricionales ya que cuenta con niveles elevados de fibra, hierro, calcio, potasio y vitamina C.
La pulpa se aprovecha para la elaboración de bebidas. También, tras un proceso de secado, se la muele y el polvo se usa para la preparación de helados, jugos (zumos) y dulces. Las semillas, en tanto, se emplean en bizcochos y ensaladas. En cuanto a las hojas, hay pueblos africanos que las utilizan en sopas.
La fabricación de cuerdas y de papel y la obtención de aceite también son posibles con los baobabs, un árbol venerado por distintas comunidades.
Su presencia en la cultura
Los baobabs aparecen en múltiples manifestaciones culturales. El árbol es el símbolo nacional de Madagascar e integra el escudo de Senegal, por ejemplo.
Una leyenda africana cuenta que, por su belleza, los baobabs recibieron el don de la longevidad por parte de los dioses. Esto los volvió arrogantes y por eso decidieron crecer en exceso como desafío a las divinidades.
Más allá de África, el baobab se volvió famoso a nivel mundial gracias a “El Principito”. En la obra cumbre de Antoine de Saint-Exupéry, el personaje principal considera a estos árboles como una mala hierba ya que, al crecer tanto, están en condiciones de destruir su asteroide por la presión de las raíces.