Definición de tronco
Tronco es una palabra que procede del latín truncus y que puede referirse a algo mutilado o cercenado (es decir, trunco). El uso más habitual del término refiere a la estructura más importante de los árboles, que se encarga de sostener las ramas y los demás componentes de la planta.
Por ejemplo: “El tronco de este árbol histórico tiene un diámetro de un metro”, “El niño se escondió dentro de un tronco y permaneció oculto durante horas”, “Tuvimos que mover un tronco que estaba atravesado en el camino para poder continuar con nuestro viaje”.
El tronco es una clase de tallo, que resulta muy duro y compacto. Aunque se encuentra protegido por una capa conocida como corteza, puede ser dañado por el ser humano, los animales e incluso por fenómenos meteorológicos. En el caso de las personas, el tronco se utiliza para obtener madera, uno de los materiales más utilizados en la construcción. Gracias al procesamiento que se hace de los troncos, también es posible usarlos para obtener papel y leña.
Para la anatomía, el tronco es la porción del cuerpo de los animales y de las personas que existe si no se tienen en cuenta las extremidades y la cabeza: “La policía halló un tronco en estado de descomposición: aún no se pudo identificar a la víctima”, “La maestra nos pidió que dibujemos un tronco con sus órganos”.
A nivel coloquial, en algunos países se califica como tronco al sujeto que no tiene talento o que no sirve para una determinada tarea: “Este futbolista es un tronco, no entiendo por qué el técnico lo hace jugar”, “Me gusta tocar la guitarra, pero soy un tronco”.
Tronco arterial
Se denomina tronco arterial a una cardiopatía congénita, que se da desde el nacimiento, caracterizada por la presencia de un solo vaso sanguíneo (que recibe el nombre del trastorno mismo) a la salida de los ventrículos derecho e izquierdo, a diferencia del diseño normal, que cuenta con la aorta y la arteria pulmonar.
Además de dicha anomalía, el tronco arterial suele venir acompañado de un orificio que conecta ambos ventrículos, lo cual acarrea una mezcla de sangre oxigenada y desoxigenada. Lo más frecuente es que los pulmones reciban más sangre de lo necesario y, si no se aplica un tratamiento efectivo a tiempo, puede ocurrir lo siguiente:
* la respiración puede verse afectada a causa de la acumulación de líquido en los pulmones provocada por el exceso de sangre antes mencionado;
* los vasos sanguíneos que conectan los pulmones pueden dañarse de forma permanente, dificultando cada vez más el bombeo de sangre (hipertensión pulmonar), poniendo en riesgo la vida de la persona.
Entre los principales síntomas de tronco arterial, se encuentran los siguientes:
* insuficiencia o retraso del desarrollo;
* piel de color azulado (cianosis);
* letargo;
* fatiga;
* trastornos en la alimentación;
* dificultad para respirar (disnea);
* respiración demasiado veloz (taquipnea);
* los extremos de los dedos de las manos pueden ensancharse (dedos hipocráticos).
Por lo general, los médicos detectan el tronco arterial al percibir un soplo durante la auscultación del corazón. Algunos de los exámenes asociados a este trastorno son: ecocardiografía; electrocardiograma (ECG); resonancia magnética del corazón; cateterismo cardíaco, que no suele ser utilizado a menos que sirva para definir el diagnóstico en casos muy particulares; radiografía torácica.
El tratamiento del tronco arterial requiere de una operación quirúrgica, a través de la cual se corrige la malformación, brindando al paciente las dos arterias que debería haber tenido desde su nacimiento. El vaso troncal suele dedicarse al rol de la aorta, usando un tubo o tejido externo para recrear la arteria pulmonar. Además, el orificio entre ambos ventrículos se cierra.