Definición de atroz
Atroz, con origen en el vocablo latino atrox, es un adjetivo que tiene connotaciones negativas. La primera acepción mencionada por la Real Academia Española (RAE) en su diccionario hace referencia a aquello que es brutal, desalmado, sanguinario o cruel.
Por ejemplo: “El nazismo fue un régimen atroz que torturó y asesinó a una enorme cantidad de personas”, “Atroz crimen en Villa San Jacinto: encuentran a un niño decapitado y con marcas rituales en el cuerpo”, “Un incendio atroz deja como saldo ocho víctimas fatales”.
Lo atroz es algo que resulta inhumano. Si bien cualquier asesinato es terrible, cuando el responsable evidencia saña y una brutalidad exagerada, el hecho puede ser calificado como atroz.
Es importante señalar que el significado de atroz es subjetivo, por lo cual se encuentra ligado a diversas cuestiones que hacen al contexto social, cultural, histórico, económico y político. Como si esto fuera poco, dentro de cada comunidad y, por qué no, de cada grupo familiar, el concepto puede ser entendido de formas diferentes y adquirir matices muy particulares.
La industria ganadera es sin lugar a dudas una de las fuentes de riqueza más grandes para el ser humano, y la mayoría de la gente consume todo tipo de productos de origen animal creyendo firmemente en los beneficios que le traen a su salud: la leche vacuna, por ejemplo, suele estar ligada a diversos efectos positivos en nuestro organismo, gracias a potentes campañas publicitaras que se sirven de términos específicos para captar la atención de los consumidores y convencerlos de que la ciencia aprueba y recomienda su consumo.
Sin embargo, también existen las personas animalistas, que consideran la explotación animal un acto atroz e inaceptable, algo que no debería haber existido nunca y que ciertamente debería desaparecer de una vez por todas. Para un individuo vegano, los animales tienen el mismo derecho a la libertad que cualquier otro ser vivo, y eso resulta suficiente para invalidar cualquier forma de explotación.
La cultura hace que el mismo plato de comida que para unos representa un auténtico manjar para otros no sea más que un cuadro repugnante compuesto por trozos de un animal que fue torturado y asesinado. Independientemente del debate que esto pueda suscitar y de la postura de cada uno, es muy curioso que en nuestra especie se den ideas y puntos de vista tan opuestos, especialmente cuando el tema principal es el derecho a la vida y la libertad.
Aquello que, por sus características, es enorme y tiene mucha gravedad, también recibe la calificación de atroz: “Las inundaciones constituyen un problema atroz para esta región”, “Los polizones llegaron a la costa después de veinte días a la deriva, con quemaduras por el sol y un hambre atroz”, “Fue una derrota atroz para el equipo europeo: cayó 9 a 1 como local y sufrió la expulsión de cuatro jugadores”.
El adjetivo atroz, por último se aplica a lo que está considerado como desagradable o muy malo: “La verdad es que tuve una mañana atroz: sufrí un accidente automovilístico, llegué tarde al trabajo y me enteré de que tres clientes se habían pasado a la competencia”, “La reunión resultó atroz y no hubo ningún acuerdo”, “Esta película es atroz, no entiendo cómo a un cineasta se le puede ocurrir rodar semejantes escenas”.
En este sentido, el término no define situaciones tan graves sino que se utiliza de forma exagerada para reflejar la frustración o el enfado que provocan en la persona que debe enfrentarse a ellas y soportar sus consecuencias, como ser un mal día en la oficina, un negocio fallido o una salida al cine que no resultó muy entretenida.