Definición de amplitud térmica
Antes de proceder a analizar a fondo el término amplitud térmica y descubrir su significado, vamos a establecer cuál es el origen etimológico de las dos palabras que le dan forma. En este sentido, podemos exponer lo siguiente:
-Amplitud deriva del latín, de “amplitudo”, que puede traducirse como “la cualidad de ser extenso”. Es un término que está conformado por dos partes diferenciadas: el adjetivo “amplus”, que es sinónimo de “ancho” o “extenso”, y el sufijo “-tud”, que se usa para indicar “cualidad”.
-Térmica, por otro lado, es una palabra que deriva del griego y que significa “relativo al calor”. Se obtiene de la unión de dos elementos: el adjetivo “thermos”, que es “caliente”, y el sufijo “-ico”, que equivale a “relativo a”.
Entre los múltiples usos del término amplitud, en esta ocasión nos interesa quedarnos con su acepción como la diferencia entre un valor mínimo y un valor máximo que se puede registrar de manera numérica. La amplitud, en este sentido, alude a un rango o a un intervalo. Térmico, por su parte, es un adjetivo que refiere a la temperatura o al calor.
A partir de estas definiciones ya podemos comprender qué es la amplitud térmica. Se trata de la diferencia que existe entre la temperatura mínima y la temperatura máxima que se registra en un lugar durante un cierto tiempo. En otras palabras, la amplitud térmica revela cuánto varía la temperatura en un sitio durante un periodo.
Por lo general, la amplitud térmica indica cuántos grados de diferencia hay entre el instante más frío y el momento más cálido de una jornada. Supongamos que el 14 de abril de 2011, en una ciudad X, la temperatura más baja que se registró fue de 6º C (a las 7.05 horas), mientras que la temperatura más alta alcanzó los 19º C (a las 14.34). La amplitud térmica de dicha jornada, en ese lugar, fue de 13º C.
También es habitual que la amplitud térmica se mida de acuerdo a los valores medios durante un tiempo prolongado. En la última década, en un país se registra una temperatura mínima media de 8º C y una temperatura máxima media de 23º C. De este modo puede decirse que la amplitud térmica de la nación es de 15 º C.
Cabe destacar que la amplitud térmica depende de varios factores más allá de la temperatura, como los vientos y la humedad.
De la misma manera, hay que tener en consideración que también influye en esa amplitud térmica la existencia de determinados elementos que estén cercanos al lugar donde se realiza la medición de aquella. Nos estamos refiriendo, en concreto, a la existencia próxima de grandes masas de agua, como puede ser el mar ya que interfiere en la conductividad calórica y en lo que se conoce también como capacidad calorífica.
La nubosidad, del mismo modo, influye en la citada amplitud debido a que oculta el sol y también hace igual, por ejemplo, lo que son las montañas y demás sistemas enmarcados dentro de la topografía.
En España se puede establecer que los lugares con una menor amplitud térmica son las Islas Canarias, parte de Galicia así como zonas de Asturias y Cantabria.