Definición de algarabía
El diccionario de la Real Academia Española (RAE) menciona que, cuando el término algarabía procede del árabe hispánico al»arabíyya, alude al idioma árabe. Además, en el lenguaje coloquial, se denomina algarabía a la lengua oral o escrita que no se entiende.
Por extensión a estas acepciones, se llama algarabía al bullicio y el griterío que se produce cuando muchos individuos hablan simultáneamente. La algarabía también es el modo de hablar atropellado. Por ejemplo: “¿Por qué hay tanta algarabía en este lugar? ¿Qué está festejando toda esta gente?”, “Vamos a otra parte: con esta algarabía no podemos conversar en paz”, “No pude dormir en toda la noche por la algarabía generada por mis vecinos”.
Si nos centramos en el tercer ejemplo, podemos notar uno de los contextos en los que suele aparecer este término con mayor frecuencia: las fiestas y reuniones informales. La música compuesta específicamente para romper el hielo y bailar de forma despreocupada suelen combinarse con las comidas que invitan a grandes encuentros entre amigos y familiares, y todo esto deriva en un ambiente donde reina la algarabía, donde se superponen muchas conversaciones, carcajadas y alaridos que sólo parecen tener sentido dentro del grupo que los produce.
Por esta razón, puede ocurrir que la algarabía de unos se convierta en el malestar de otros: si una persona decide hacer una reunión en su casa en medio de la semana que dure hasta altas horas de la noche, con las características expuestas en el párrafo anterior, es probable que moleste a algún vecino que deba levantarse muy temprano para ir a su trabajo o a estudiar. Si bien para esto existen reglas dentro de cada comunidad de vecinos, muchas veces la solución llega demasiado tarde.
En muchas regiones, suele asociarse la algarabía a la alegría o el buen humor: “El cantante fue recibido con algarabía por sus seguidores en el aeropuerto”, “Sigue la algarabía en la ciudad tras el triunfo de anoche”, “Con un triple en el último segundo, Kobe Bryant desató la algarabía”.
Algarabía, por otra parte, es el nombre común que reciben varias plantas. Por lo general la noción alude a la Mantisalca salmantica, que pertenece al grupo de las asteráceas.
Esta planta presenta diversas particularidades relacionadas con su nombre. En primer lugar, los dos términos que componen su nombre científico constan de las mismas sílabas, aunque en diferente orden: Man-ti-sal-ca sal-man-ti-ca. Por otro lado, la lista de nombres comunes que recibe según la región es prácticamente interminable; además de algarabía, también se conoce como escobera, cabezuelas, escoba de cabezuela, escobones, pan de pastor, cardo de bolas y estebe de Salamanca, entre muchos más.
Con respecto al hábitat de esta algarabía, podemos decir que abarca la totalidad del Mediterráneo a excepción de Córcega y Creta, es decir que incluye Mallorca, Marruecos e Israel. Se trata de una planta ruderal, o sea que se presenta en hábitats que hayan sido modificados por el ser humano, como ser terrenos abandonados que solían ser usados para el cultivo, zonas urbanas o bordes de carreteras. Más específicamente, la Mantisalca salmantica prefiere los lugares rocosos secos y áridos.
Hasta hace poco tiempo, esta planta se utilizaba como materia prima para fabricar escobas, y de allí surgieron algunos de sus nombres comunes. Dadas sus propiedades medicinales, algunas personas la usan para tratar la diabetes de forma natural, ya que colabora con la disminución de los valores de glucemia.
La Parentucellia viscosa y la Agrostis nebulosa son otras plantas que se conocen como algarabía.
En España, a fines de la década de 1970 existió una revista llamada “Algarabía”, con tirada de siete mil ejemplares. Una publicación mexicana con tirada de noventa mil ejemplares mensuales también se denomina “Algarabía”.