Definición de acrílico
Acrílico es un concepto que, en el terreno de la química, se emplea como adjetivo para calificar a aquel material obtenido a través de la polimerización de un compuesto químico llamado ácido acrílico.
Integrante del conjunto de los ácidos carboxílicos (que disponen de un grupo funcional denominado grupo carboxi o carboxilo, donde coinciden un grupo carbonilo y un grupo hidroxilo en el mismo carbono), el ácido acrílico cuenta con un enlace doble. Es posible obtenerlo mediante propileno, que es un subproducto del proceso de refinación del petróleo.
El ácido acrílico, cuando se encuentra en estado puro, es un líquido que tiene un olor fuerte y que carece de color. Puede mezclarse con cloroformo, alcoholes, agua y otras sustancias y permite crear distintos polímeros de manera sencilla. Por eso el ácido acrílico y sus derivados sirven para la producción de diferentes pinturas y plásticos que se conocen sencillamente con el nombre de acrílicos.
El acrilonitrilo, por ejemplo, permite producir fibra acrílica. Similar a la lana, esta fibra se utiliza para la confección de ropa y para el desarrollo de distintos productos textiles, como alfombras y mantas.
Las pinturas acrílicas, por otra parte, presentan sus pigmentos dispersos en una emulsión realizada con algún polímero de tipo acrílico. Al contar con un material plastificado, pueden resistir la acción del agua cuando ya están secas (este proceso de secado, por otra parte, se desarrolla de un modo muy rápido). Antes de secarse, en cambio, se disuelven en el agua. Cabe destacar que las pinturas acrílicas suelen nombrarse genéricamente como látex.
Para aquellas personas que buscan acabados brillosos y de buena calidad en sus pinturas, pero que no tienen tanto tiempo o dinero como para utilizar óleo, la pintura al acrílico es la mejor opción. Según los artistas que se han especializado en este material, ofrece resultados muy satisfactorios ya que el proceso es verdaderamente gratificante.
El primer paso para embarcarse en la pintura acrílica es escoger la marca y el formato adecuados, algo que puede resultar abrumador para los principiantes, ante las decenas de opciones disponibles en el mercado. Los expertos aseguran que es conveniente invertir en los productos de gama media alta o alta, ya que la diferencia con los más económicos vale la pena. Una de las diferencias básicas es que las marcas baratas no cuentan con un pigmento tan espeso como las caras, y eso acarrea la necesidad de aplicar dos o tres capas extras para conseguir el mismo brillo y la misma saturación que con una sola de las últimas.
Con respecto al formato de distribución, que puede ser frasco o tubo, lo ideal para alguien sin experiencia es optar por este último, ya que se vende en menores cantidades que el frasco y eso permite experimentar sin gastar tanto dinero; cabe aclarar que no existe diferencia en lo que a la calidad de la pintura se refiere. Otro punto esencial es la elección de los colores; se recomienda comenzar por los básicos, que pueden ser ocre amarillo, carmesí alizarina, negro de marte, blanco titanio y azul ultramar. Con ellos es posible crear prácticamente todos los colores necesarios, siempre que se mezclen de forma adecuada.
La primera compra de pinceles puede ser un poco ardua, dada la gran variedad, pero de este paso depende en gran parte la experiencia. Básicamente, existen dos categorías según las cuales se dividen los pinceles: el material de sus cerdas (la mayoría prefiere los sintéticos) y la forma de su punta (redonda, lengua de gato o plana). Finalmente llega el momento de comprar una paleta donde mezclar y almacenar la pintura, y la superficie sobre la cual pintar, es decir, el lienzo o la madera.
Acrílico, por último, es el nombre más usual de un material plástico que, por sus características, puede permanecer mucho tiempo al aire libre sin deteriorarse.