Definición de activo fijo

La etimología de la palabra activo nos lleva a actīvus, un vocablo de la lengua latina. El término puede usarse como sustantivo o como adjetivo: en este caso nos interesa su acepción como sustantivo, denominando al bien o al derecho que cuenta con un valor financiero y que está bajo propiedad de un sujeto o de una compañía.

Fijo, por su parte, es un adjetivo que puede utilizarse para calificar a aquello que está establecido de acuerdo a ciertos parámetros o normas o a lo que se encuentra afianzado, consolidado o que no varía.

Con estas ideas en claro podemos avanzar en la definición de activo fijo. La noción alude al activo financiero o económico que no experimenta cambios en el año fiscal o durante el ciclo de explotación de una entidad. Estos activos se registran en el estado contable de una empresa, en la columna del haber.

Es importante establecer, además de lo ya indicado, que existen varios tipos de activos fijos. Así, nos topamos con tres exactamente:
-Los intangibles, que se refieren a cosas que no se pueden tocar de manera física, como sería el caso, por ejemplo, de una patente de marca. Además en este conjunto se engloban también los derechos de autor, las franquicias, los permisos, las licencias…
-Los tangibles, que son los que sí se pueden tocar. En este caso, nos estaríamos refiriendo a vehículos, a inmuebles, a maquinaria, a herramientas…De la misma manera, en este grupo podemos englobar a equipos informáticos, instalaciones técnicas, mobiliario, mercancías…
-Los activos fijos que se presentan en modo de inversiones en lo que son compañías afiliadas.

Tomemos el caso del galpón donde una compañía de transporte guarda sus vehículos. Este es un activo fijo de la empresa ya que, mientras ésta desarrolla sus servicios, permanece bajo propiedad de la compañía sin registrar cambios. De este modo, pueden pasar los años fiscales sin que el galpón experimente modificaciones que alteren su valor.

Aquellos activos que sí cambian a lo largo de un ciclo de explotación se denominan activos circulantes. Retomando el ejemplo anterior, las hojas de papel que la compañía de transporte adquiere para imprimir remitos y recibos son activos circulantes y no fijos debido a que dichas hojas son modificadas y distribuidas en el marco de la actividad de la firma.

Es importante establecer, además de lo ya indicado, que existen varios tipos de activos fijos. Así, nos topamos con tres exactamente:
-Los intangibles, que se refieren a cosas que no se pueden tocar de manera física, como sería el caso, por ejemplo, de una patente de marca. Además en este conjunto se engloban también los derechos de autor, las franquicias, los permisos, las licencias…
-Los tangibles, que son los que sí se pueden tocar. En este caso, nos estaríamos refiriendo a vehículos, a inmuebles, a maquinaria, a herramientas…De la misma manera, en este grupo podemos englobar a equipos informáticos, instalaciones técnicas, mobiliario, mercancías…
-Los activos fijos que se presentan en modo de inversiones en lo que son compañías afiliadas.

Además de lo indicado, es relevante tener conocimiento de otra serie de datos acerca de los activos fijos en general como pueden ser los siguientes:
-Cuentan con una vida útil, que viene a ser el tiempo durante el cual la empresa en cuestión hace uso de los mismos.
-En esa mencionada vida útil pueden influir desde la obsolescencia tecnológica hasta el tiempo pasando por la utilidad que tengan.
-A la hora de contabilizar los activos fijos hay que fijarse en aspectos tales como el costo inicial.
-Se puede dar la posibilidad de que los citados activos sean objeto de una depreciación, que se puede definir como el proceso consistente en lo que es la asignación del costo del activo a gastos de acuerdo con lo que es su costo original.

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