Definición de abdominal
Del latín abdomen, el abdomen es un concepto que se refiere al vientre. En los mamíferos, es la cavidad del cuerpo que queda limitada por el diafragma o el conjunto de vísceras de dicha región. En los seres humanos, el abdomen también permite dar nombre a la adiposidad, gordura o vientre prominente.
Abdominal, por su parte, es aquello perteneciente o relativo al abdomen. Tenemos, de esta manera, las aletas abdominales, que se encuentran situadas en la región abdominal y corresponden a las extremidades posteriores de los vertebrados terrestres.
La aorta abdominal es la parte de la aorta que va desde el orificio del diafragma hasta su bifurcación. El tifus abdominal o fiebre tifoidea, en cambio, es una infección intestinal que se produce por un microbio que causa lesiones en las placas linfáticas del intestino delgado.
Una ecografía abdominal es un procedimiento imagenológico que se utiliza para examinar los órganos internos del abdomen, como el hígado, el bazo, el páncreas, la vesícula biliar y los riñones.
Por último, los ejercicios abdominales son rutinas de actividades físicas que se realizan con el objetivo de tonificar los músculos de la zona. Antes de la tonificación, es necesario eliminar la grasa que recubre dichos músculos, a través del ejercicio aeróbico y de una alimentación saludable.
Existen distintos tipos de ejercicios, de acuerdo a qué músculos se desee tonificar. De esta forma, pueden ejercitarse los abdominales inferiores, los abdominales oblicuos y los abdominales superiores.
El interesado puede concretar actividades como la elevación del tronco con o sin apoyo, el tirón abdominal de rodilla, la elevación de rodillas suspendido, la inclinación lateral y la rotación de pelvis.
Ejercicios abdominales peligrosos
Existe una serie de ejercicios abdominales que implican un riesgo para el cuerpo, dado que no se basan en la forma y la fisiología del abdomen; se trata de peligrosas combinaciones de movimientos que resultan en esfuerzos antinaturales y que, como es de esperarse, no dan los resultados esperados. Como si fuera poco, el abdomen no es la única zona afectada, dado que en el proceso también se ven implicados el cuello y la espalda.
En principio, repasemos el ejercicio abdominal más común: consiste en recostarse y poner las piernas en una posición fija, tomarse la cabeza con las manos y elevar el tronco hasta que las rodillas toquen el pecho. En general, se indica repetir este último movimiento diez veces o más y hacer un pequeño descanso, para recomenzar y de este modo realizar tantas sesiones como sea posible. Sin embargo, esta serie de pasos tan comunes a muchas personas, contiene ciertos errores que pueden repercutir en lesiones de relativa gravedad.
Analizando dicho ejercicio parte por parte, notamos en primer lugar que las piernas deben permanecer fijas. Cuando se trabaja con un acompañante, éste sostiene los pies del otro para evitar que se levanten; en el caso contrario, se busca el modo de aferrarlas a algún mueble o una máquina especial para dicho fin. La pregunta que surge es «por qué se le da tanta importancia a las piernas en un ejercicio abdominal». Esta «precaución» puede afectar las caderas, dado que bloquea su rotación al momento de elevar el tronco.
Por último tenemos el cuello; las manos deben acompañar la cabeza durante la flexión, y de ninguna manera tienen que ejercer fuerza sobre la nuca. Esto último es lo que comúnmente hacen los principiantes, en especial cuando la fatiga les impide continuar pero se niegan a descansar. Está de más decir que ejercer una fuerza innecesaria sobre la columna vertebral representa un gran peligro, por lo cual se recomienda ubicar las manos a los costados de las orejas.