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Precisión

Te explicamos qué es la precisión y por qué es importante en las mediciones. Además, ejemplos y diferencias con la exactitud.

¿Qué es la precisión?

En general, cuando hablamos de la precisión de algo o alguien, nos referimos a su capacidad a corto plazo de dar en el blanco, es decir, de obtener los resultados esperados o resultados muy cercanos al esperado. Aunque en el habla cotidiana puede ser sinónimo de exactitud, no conviene confundir estos dos términos.

La palabra precisión proviene del latín praecisionis, derivado del verbo praecidere, que se puede traducir como “cortar bien”, “cortar por dos extremos” o “separar totalmente cortando lo que sobra”. Dicho verbo se componía por las voces prae- (“adelante” o “por anticipado”) y caedere (“cortar” o a veces “matar”).

Originalmente esta palabra se usaba para referirse a aquello que ha sido cortado o cercenado del cuerpo (a los eunucos, por ejemplo, los llamaban praecisus, “cortado”); mientras que su significado actual proviene de su aplicación figurada en la retórica, o sea, en lo referente a la oratoria.

Allí, praecisus se refería a lo que estaba “bien recortado”, o sea, bien delimitado, bien enfocado, y que por lo tanto se ciñe al tema en cuestión de la mejor manera. O sea, aquello que es pertinente, que se atiene a lo necesario.

Así, hoy en día nos referimos a la precisión como la capacidad de dar en el blanco o cerca del blanco en distintos intentos. Por ejemplo, un jugador de dardos tiene tres oportunidades de arrojarlos a la diana, y una vez que lo haya hecho, puede juzgar qué tan cerca del centro estuvieron sus lanzamientos y saber qué tan preciso estuvo.

Este tipo de valor puede ser de suma importancia en el ámbito de las disciplinas científicas, las ingenierías o la estadística.

Ver además: Pensamiento científico

Precisión en los instrumentos de medición

Los instrumentos de medición son las herramientas y aparatos que nos permiten expresar en valores numéricos una magnitud determinada de la naturaleza. Estas mediciones pueden ser más o menos precisas, o sea, contener cierto margen de error atribuible a factores contextuales e impredecibles. Así, un conjunto de mediciones puede variar entre sí, a pesar de que se trate de una misma magnitud que está siendo medida.

Imaginemos, a modo de ejemplo, que con un termómetro nos tomamos la temperatura corporal, y lo hacemos varias veces para estar seguros de que no haya algún error involuntario. Si notamos que las mediciones todas tienden al valor real de la temperatura (o en todo caso al valor estimado), sabremos que se trata de un termómetro preciso, o sea, que registra sus valores con bastante fidelidad.

Es decir que un instrumento que tiende siempre a medir correctamente es preciso. En cambio, si la temperatura varía inmensamente entre una medición y la otra, deberemos entender que el termómetro ha perdido su necesaria precisión, ya que algunas mediciones estarán más cerca de lo real y otras en cambio se alejarán enormemente de ello. ¿Y cómo saber cuál es cuál?

Ejemplos de precisión

A modo de ejemplo, podemos visualizar algunos casos en los que la precisión es un factor determinante:

  • Cada bateador de una liga profesional de béisbol tiene un “average” de bateo, o promedio de su rendimiento al bate. Dicho promedio es un aproximado numérico de su precisión al bate, es decir, de cuántas veces batea de todas las que le corresponden en un juego.
  • Un soldado se ejercita para la guerra y dispara el cartucho de 100 balas de su rifle contra un blanco. Luego va y revisa la cantidad de impactos en el muñeco, y puede tener una idea estimada de su precisión, o sea, de cuántos tiros dieron en el blanco o estuvieron cerca de hacerlo, y cuántos tiros se perdieron.
  • Durante un asedio medieval, los operadores de una catapulta intentan lanzar piedras contra las murallas enemigas. Pero la catapulta no está muy bien calibrada, y cada roca que lanzan sigue una trayectoria diferente: algunas van a dar a las murallas, otras al río cercano, otras al campo de batalla en donde aplastan a las tropas aliadas. Lógicamente, se trata de una catapulta muy poco precisa, pues sus disparos no tienden a dar hacia donde la han apuntado.

Precisión y exactitud

En las ciencias, la ingeniería y la estadística, es importante distinguir la noción de precisión de la de exactitud, a pesar de que en el habla cotidiana a menudo se las use como palabras sinónimas. Esta diferencia es particularmente importante a la hora de comprender o interpretar los resultados obtenidos durante una medición, y depende de lo siguiente:

  • La precisión, como hemos visto, está determinada por la capacidad que tiene un instrumento o una técnica de medición para registrar valores similares en un número de mediciones sucesivas, dado que pueden variar entre sí dependiendo del margen de error. Mientras más próximas sean las mediciones, mayor será la precisión del aparato.
  • La exactitud en cambio tiene que ver con la cercanía de las mediciones respecto del valor esperado o del valor real. O sea, qué tanto se aproxima a la realidad una medición. Mientras más cerca del dato esperable o real, más exacto será el instrumento.

Esta diferencia puede comprenderse fácilmente con un ejemplo: supongamos que un golfista intenta hacer un hoyo en uno para romper un récord. Aunque sea un buen golfista, hay variables que influyen en sus disparos: el viento, la humedad, la perfección de la pelota de golf o la fuerza que imprima en el golpe; así que deberá intentarlo muchas veces hasta por fin lograrlo.

Si juzgamos qué tan cerca del hoyo han caído sus pelotas, daremos con la medida de su exactitud, pues sabemos que el valor de referencia es el hoyo mismo. En cambio, si observamos la cantidad de veces que sus disparos llegaron cerca del hoyo, en contra del total de intentos realizados, podremos hallar su precisión, o sea, qué margen de error tienen sus disparos en general.

Más en: Exactitud

Referencias