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Paradoja

Te explicamos qué es una paradoja, qué se consideran «paradojas de la vida» y ejemplos de paradojas famosas, como el viaje en el tiempo.

¿Qué es una paradoja?

Una paradoja es una idea, hecho o proposición que contradice la lógica o infringe el sentido común. La palabra paradoja proviene del latín paradoxa, que literalmente quiere decir “contrario a la opinión común”. También se la denomina antilogía. No debe confundirse con los sofismas, que son razonamientos válidos sólo en apariencia.

Son terreno habitual de debate filosófico o lógico, ya que las paradojas suelen conducir a callejones sin salida de la lógica. A menudo se formulan como un modo de transmitir alguna complejidad conceptual en un campo específico del saber, cuya resolución escapa al modo tradicional del pensamiento.

Podemos hablar de los siguientes tipos de paradoja:

  • Paradojas verídicas. Aquellas que son verificables, pero que poseen un aire de absurdidad o de contradicción a los propios términos.
  • Antinomias. Paradojas cuyo resultado contradice las premisas de las que proviene, a pesar de que sus métodos deductivos son perfectamente válidos.
  • Antinomias de definición. De empleo literario mayoritariamente, se basan en definiciones ambiguas, o métodos de pensamiento ilustrativos respecto a un sentido clave.
  • Paradojas condicionales. Proposiciones que adquieren un carácter paradójico a medida que se intenta resolverlas, ya sea porque falta información para su resolución o porque ésta simplemente es imposible.

También es usual categorizar las paradojas por el área del saber al que atañen: paradojas matemáticas, paradojas en física, etc.

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¿Qué es lo paradójico?

Por extensión, se tilda de paradójico a todas las situaciones, hechos o proposiciones que contienen en su interior una situación irresoluble, irónica, contraria a la lógica o retadora del sentido común.

Podemos decir que una situación es paradójica, por ejemplo, cuando en ella nos vemos inmersos en conflictos cuya resolución los empeora, o cuando la persecución de nuestros deseos los torna, justamente, inalcanzables.

Paradojas de la vida

A menudo se habla de las “paradojas de la vida”, para referirse a que frecuentemente las personas nos encontramos en situaciones paradójicas, irónicas o sin solución aparente. En ellas, hacer lo obvio complica todavía más lo que se supone resolvería.

No existe un corpus “oficial” o definitivo de estas paradojas de la vida, sino que se trata de formulaciones populares, dichas por la gente. Se emplean como formas de pensar en la vida y en su arbitrariedad, en la “lógica” propia de la vida, es decir, como una forma de enseñanza respecto a lo que, paradójicamente, no se puede aprender a prever.

En los puntos siguientes veremos algunas célebres paradojas de distintos ámbitos.

Paradoja de Fermi

Se conoce con este título a la aparente contradicción que existe entre la alta probabilidad de que existan civilizaciones inteligentes en otros planetas y sistemas solares (dadas las dimensiones del Universo) y la total ausencia de evidencias al respecto que tenemos los seres humanos hasta el día de hoy.

Quien primero formuló esta paradoja fue el físico italiano Enrico Fermi, en 1950, en medio de una conversación informal, mientras trabajaba en los Estados Unidos.

Quizá debido al pesimismo que se vivía en aquella época de Guerra Fría y posible conflicto nuclear, Fermi respondió a su propia pregunta que, junto con el desarrollo tecnológico que haría efectivo el viaje espacial, las civilizaciones desarrollaban también el potencial tecnológico para aniquilarse a sí mismas. Así, vaticinaba a la humanidad un futuro nada prometedor.

Paradoja de Epicuro

También conocida como el Problema del mal, esta paradoja de tipo filosófico o religioso contiene la dificultad que existe para conciliar la existencia del mal, el sufrimiento y la injusticia en el mundo, con la existencia supuesta de una deidad omnisciente y todopoderosa, que además sea benévola, como lo plantea el teísmo clásico.

Este planteamiento paradójico se basa en cuatro preguntas elementales:

  • ¿Es que Dios desea evitar el mal, pero no puede? Entonces no es omnipotente.
  • ¿Es que Dios es capaz de hacerlo, pero no quiere? Entonces no es benévolo.
  • ¿Es que Dios es capaz de hacerlo y también lo desea? ¿Por qué existe el mal entonces?
  • ¿Es que Dios no es capaz de hacerlo ni tampoco lo desea? ¿Por qué llamarlo Dios entonces?

Según el escritor latino y apologista cristiano Lactancio, el filósofo griego Epicuro de Samos fue el primero en formular esta paradoja, razón por la cual a menudo se la menciona con su nombre.

Paradoja de los gemelos

Llamada también Paradoja de los relojes, se trata de un experimento mental que intenta comprender la diferencia en la percepción del tiempo en dos observadores en estados de movimiento distintos entre sí. Fue propuesta por Albert Einstein.

Forma parte de lo que hoy conocemos como Teoría de la relatividad especial, en donde el genio físico explica cómo, lejos de ser dimensiones absolutas, el tiempo y el espacio dependen del posicionamiento del observador.

La formulación más usual de esta paradoja se le debe, sin embargo, al físico francés Paul Langevin, y toma como protagonistas a dos gemelos: uno de ellos permanece en la Tierra mientras el otro emprende un largo viaje hacia una estrella lejana, en una nave espacial capaz de alcanzar velocidades semejantes a las de la luz.

Eventualmente, el gemelo viajero regresa y se percata de que es más joven que su hermano en la Tierra, dado que la dilatación del tiempo habría hecho que el suyo transcurriera más lentamente que el tiempo propio de su hermano.

Lo paradójico, sin embargo, surge cuando se hace la observación de que, visto desde la perspectiva del gemelo viajero, es la Tierra la que se aleja a velocidades muy cercanas a la luz, y por lo tanto es su hermano quien tendría que envejecer más lentamente.

Paradoja del viaje en el tiempo

Conocida también como la Paradoja del abuelo, es una paradoja muy popular. Probablemente fue formulada por el escritor de ciencia ficción René Barjael en su novela El viajero imprudente de 1943, aunque otros autores como Mark Twain ya la habían explorado previamente.

La paradoja parte del hecho de que un hombre hace un viaje en el tiempo, regresando al pasado y pudiendo asesinar al padre de su madre, o sea, a su abuelo, antes de que conozca a su abuela y conciba a su madre.

De este modo, su madre no nacería jamás y él mismo, por ende, tampoco, por lo que no podría volver en el tiempo y asesinar a su abuelo, permitiendo entonces que conozca a su abuela y conciba a su madre, quien luego lo concebirá a él, permitiéndole así viajar en el tiempo y asesinar a su abuelo, y así sucesivamente.

Referencias