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Cultura tolteca

Te explicamos qué fue la cultura tolteca, su historia, religión, economía y otras características. Además, sus principales aportes.

¿Qué fue la cultura tolteca?

La cultura tolteca es una de las tantas civilizaciones precolombinas de Mesoamérica, que habitó la zona del actual México y su desarrollo abarcó parte de los períodos clásico y postclásico mesoamericano, es decir, entre los años 800 d.C. y 1200 d.C.

En la lengua náhuatl (azteca-mexicana) tolteca significa “maestros constructores”, concepto que se relaciona con el carácter mítico de su arquitectura, en especial, las construcciones de la capital Tollan-Xicocotitlan.

Sus conocimientos religiosos y astronómicos ejercieron influencia en la mayoría de los pueblos indígenas mesoamericanos, quienes consideraban el linaje tolteca como signo de respeto y de autoridad.

Otras culturas:

Historia de la cultura tolteca

Los toltecas tenían raíces en el pueblo tolteca-chichimeca y durante el siglo IX d.C. migraron desde los desiertos del noroeste hasta Culhuacán en el Valle de México.

Allí establecieron el primer asentamiento, la ciudad de Tollan o Tula, que significa “lugar de juncos”, una antigua expresión mesoamericana que hace referencia a todos los grandes asentamientos. La ciudad de Tula creció hasta un área de catorce kilómetros cuadrados y adquirió una población aproximada de cuarenta mil habitantes.

La organización sociopolítica de los toltecas era monárquica y de gran poder militar, con el que peleaban y conquistaban tierras vecinas. El primer líder tolteca fue Ce Técpatl Mixcoatl.

Su hijo Ce Acatl Topiltzin, nacido a comienzos del siglo 900 d.C., adquirió fama por ser un gran gobernante que ejerció influencias más pacíficas y prósperas para el pueblo. Esa época fue considerada la edad de oro de Tula.

Se desconoce exactamente cómo fue el final de la civilización tolteca, aunque algunas hipótesis indican que podría haber sido consecuencia de fenómenos naturales (como sequías sostenidas en el tiempo), sumado a disputas internas de poder (habría evidencias, entre las legendarias historias, acerca de una batalla entre los dioses Quetzalcóatl y Tezcatlipoca).

Además, a mediados del siglo XII d.C. bajo el gobierno de Huemac, el último líder tolteca, la ciudad de Tula fue saqueada y violentada por los aztecas de manera sistemática, con evidencia de columnas y estatuas quemadas y enterradas de manera deliberada.

Ubicación de los toltecas

En un principio, los toltecas fueron un pueblo nómade, lo que los llevó a recorrer varias regiones. A comienzos del 800 d.C. se asentaron tras fundar la ciudad de Tula, ubicada a 60 km de lo que hoy es la ciudad de México.

Posteriormente se expandieron hacia los alrededores de esa ciudad. A pesar de no haber ocupado un vasto territorio, ejercieron una fuerte influencia en las demás comunidades y en el desarrollo de grandes culturas posteriores.

Aportes de la cultura tolteca

El nombre tolteca tenía cierto prestigio, por lo que otras civilizaciones (como los mayas y los aztecas) apreciaban las prácticas toltecas en cuanto al arte, la religión, la escritura, la medicina y el trabajo de los artesanos. Los aztecas empleaban la expresión toltecayotl que significa “tener un corazón tolteca”, lo que equivalía a ser digno y sobresalir en todas las acciones.

Los artesanos toltecas fueron famosos por su gran habilidad y establecieron estándares que otras civilizaciones mexicanas tratarían de seguir. Fueron avanzados alfareros y expertos metalúrgicos que trabajaban metales (como el oro) y piedras preciosas (como la obsidiana) que empleaban principalmente para la fabricación de armas.

También, se destacaron en la arquitectura: si bien las pirámides existieron en México mucho antes que los toltecas, éstos lograron mejorar la escultura de las columnas, los frisos y demás detalles arquitectónicos, a niveles muy superiores.

Características generales de la cultura tolteca

La cultura tolteca se caracterizó por:

  • Su red comercial. Los toltecas comerciaban productos textiles y cerámicos con vecinos cercanos y lejanos, aunque a menor escala en comparación con la red comercial del imperio maya. Se han encontrado muestras de cerámica en lugares muy lejanos, como Nicaragua y la costa del Golfo de México.
  • Su pueblo de guerreros. Los toltecas eran guerreros religiosos que difundieron el culto a su dios Quetzalcóatl en todos los rincones de su imperio. Los guerreros vestían placas para el pecho, un pequeño escudo en un brazo, usaban varias armas cortas y una muy pesada de forma curva, similar a lo que conocemos como hacha.
  • Sus prácticas de sacrificio humano. Los toltecas dejaron gran evidencia acerca de sus prácticas religiosas, que realizaban de manera regular con el fin de satisfacer a sus dioses. Una de las más destacadas es la estatua de Chac Mool, constituida por la figura de un humano reclinado que sostiene un cuenco, donde se depositaban diferentes ofrendas para los dioses, entre ellas, los sacrificios humanos.
  • Sus prácticas de culto a Quetzalcóatl. Los toltecas no crearon el culto al dios Quetzalcóatl. Su representación con las imágenes de serpientes emplumadas se remonta a los antiguos olmecas, la primera gran cultura mesoamericana. Sin embargo, fueron los toltecas quienes proliferaron la adoración al dios en varios territorios, desde Tula hasta Yucatán.
  • Sus artistas y escultores de máxima grandeza. Los toltecas se destacaron por sus esculturas, como las estatuas de los atlantes que representaban a los guerreros y las columnas que muestran a los gobernantes vestidos para la guerra. A pesar de que el sitio arqueológico de Tula ha sido saqueado en reiteradas ocasiones, han perdurado los vestigios de la grandeza de su arte.
  • Su conexión con Chichén Itzá. Los toltecas se asentaron en Tula (al norte de la actual Ciudad de México). Sin embargo, la ciudad de Chichén Itzá (en Yucatán) comparte similitudes con la ciudad tolteca, de tipo arquitectónicas y temáticas que van más allá del culto mutuo a los dioses. Algunos arqueólogos suponen que los toltecas conquistaron Chichén Itzá o que los nobles exiliados se establecieron allí y difundieron sus conocimientos.
  • Su misterioso declive. Los toltecas fueron agresivos y violentos. Eso hace suponer que alrededor del 1150 d.C. la ciudad de Tula fue incendiada a modo de represalia, tanto por parte de los estados o tribus vecinas de Chichimeca, como por las guerras civiles o los conflictos internos.
  • Sus tesoros escondidos. Los toltecas desaparecieron hace casi mil años. Sin embargo, luego de los numerosos saqueos (primero por los aztecas y luego por los españoles) aún podrían encontrarse tesoros enterrados en el territorio que habitaron. En 1993 se encontró un cofre decorativo que contenía la famosa “coraza de Tula”, una armadura hecha de conchas marinas.

Religión de la cultura tolteca

La religión que practicaban los toltecas fue politeísta. Sin embargo, adoraban a dos dioses en particular: Quetzalcóatl y Tezcatlipoca. Tenían diferentes centros ceremoniales (donde practicaban los rituales) y uno de los más importantes fue “El Palacio Quemado”.

Varias pirámides servían de templos para los diversos dioses pero, como consecuencia de los saqueos, se dificulta conocer la historia de cada estructura. Solo se puede identificar que los templos fueron construidos con una orientación intencionada, con una dirección específica de este a oeste, acompañando el movimiento del sol y de la luna.

Economía de la cultura tolteca

La economía tolteca se basó en la agricultura, a través de amplios cultivos abastecidos por un complejo sistema de canales de riego. Cultivaban algodón, maguey, maíz, chile y frijol. También formaron parte de su desarrollo económico la artesanía y el trabajo de piedras preciosas.

Se caracterizaron por ser grandes comerciantes, pudiendo abastecerse de otras materias primas que conseguían a través de la guerra con los pueblos cercanos.

La subsistencia en base a la agricultura era un problema recurrente en la árida región tolteca, donde a pesar de que el riego se practicaba siempre que era posible, el continuo crecimiento de la población resultaba una gran preocupación.

Durante las épocas de sequía, no bastaba solo con el comercio de los pueblos vecinos para abastecer a todos los toltecas. Por eso, las leyendas sugieren que la hambruna provocada por la disminución de las precipitaciones condujo a una guerra civil y, en última instancia, al abandono de la ciudad de Tula.

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Referencias